Pese a su corta edad, Greta Thunberg se ha convertido en una de las caras más importantes de la lucha contra el cambio climático.
Nació en Suecia hace 16 años y desde 2018 su lucha se ha enfocado en promover métodos y peticiones a los gobiernos de diferentes países para que creen y hagan efectivas políticas que ayuden a mitigar el impacto de la humanidad en el planeta.
Su gestión la ha llevado a dar un discurso frente a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2018 (COP 23, que se celebró en Polonia, en el Foro Económico Mundial) y a ser nominada por el parlamento noruego para el Premio Nobel de Paz.
Su preocupación por el medio ambiente la embarcó a Estados Unidos para organizar y participar en manifestaciones frente a la Casa Blanca, y también para hablarle a los representantes de la ONU sobre los retos a los que debemos enfrentarnos para el cuidado del planeta.
Bajo la consigna “No nos abandonen”, Thunberg hizo parte de las movilizaciones que se congregaron frente a la Casa Blanca el 13 de septiembre, además hizo una intervención en el Congreso como parte de una iniciativa de los legisladores demócratas.
Sin embargo, su agenda no se ha limitado solo a apariciones en Washington. Cuando llegó a Nueva York a finales de agosto (a bordo de un velero, pues junto a su familia decidieron dejar de viajar en avión para reducir su huella de carbón), fue la figura principal de las manifestaciones que se hicieron en esta ciudad.
Pese a ser la cara más visible de estas protestas y del movimiento en pro del cambio climático, Thunberg siempre intenta llevar un perfil bajo y evitar llevarse todos los créditos por su gestión. Suele ser mesurada con sus declaraciones y evita señalar a los gobiernos o presidentes directamente sobre su responsabilidad sobre la situación del mundo. “Mi mensaje es “escuche el silencio”, pero no lo hace”, dijo en referencia al presidente Donald Trump.
El 20 de septiembre lideró la gran huelga en Nueva York, en la que participaron los estudiantes de más de 1700 centros educativos de la ciudad. Estas protestas estás dirigidas al gobierno estadounidense cuya gestión ha sido flexible con las industrias que más contaminan. Las protestas se extendieron hasta el 27 de septiembre y se realizaron en 142 países del mundo. Toda la información de esto se puede encontrar en fridaysforfuture.org.
Para Greta Thunberg todavía estamos a tiempo de hacer algo por el planeta. «En este momento, estamos ignorando las soluciones climáticas naturales», dijo en un minidocumental junto al periodista de The Guardian, George Monbiot. “Gastamos 1,000 veces más en subsidios globales de combustibles fósiles que en soluciones basadas en la naturaleza. Este es su dinero, son sus impuestos y sus ahorros «.
La lucha de Greta fue reconocida este año por la revista Time, que la nombró como Persona del año. “Thunberg no es líder de ningún partido político o grupo de defensa. Ella no es la primera en hacer sonar la alarma sobre la crisis climática ni la más calificada para solucionarlo. Ella no es científica ni política. No tiene acceso a las palancas de influencia tradicionales: no es multimillonaria ni princesa, ni una estrella del pop, ni siquiera una adulta. Es una adolescente ordinaria que, al reunir el coraje para decirle la verdad al poder, se convirtió en el ícono de una generación. Al aclarar un peligro abstracto con indignación penetrante, Thunberg se convirtió en la voz más convincente sobre el tema más importante que enfrenta el planeta”, escribió Time para referirse a su trabajo como activista y líder.