Juan es un colombiano que trabajó durante un buen tiempo en una multinacional. Tenía un buen puesto y estaba lleno de ideas para solucionar los principales problemas de sus clientes. Sin embargo, para ejecutar cualquier cosa debía decírselo primero a sus jefes, quienes debían, por protocolo, hacer una reunión con las cabezas internacionales y a su vez hacer toda una presentación con minutas y otros papeles, que al final se quedaban estancadas y las dichosas soluciones nunca salían a la luz.
A su vez Juan debía completar una encuesta de satisfacción en el trabajo para dar a conocer a sus jefes internacionales que estaba “feliz” con el puesto. Sin embargo, cuando le preguntaban directamente: “¿Se siente escuchado en su trabajo? ¿Le ponen atención en sus ideas y soluciones?”, contestaba con un rotundo no.
Por supuesto, al ser una encuesta en la que aseguraban que era anónima, Juan no iba a tener ningún problema, sin embargo, sus jefes inmediatos lo citaron a una reunión -junto con sus otros compañeros- para discutir sobre la baja calificación que habían tenido en esta encuesta.
“Muchachos tenemos que tener esas cifras altas, o sino nos empiezan a llamar de las oficinas principales para saber cuál es el problema”, escuchó Juan, quien finalmente decidió irse de la empresa y montar un negocio propio, porque el tema no era de dinero, sino de estar insatisfecho en un lugar, que se vendía como lo más innovador del mundo.
La fuga de cerebros de las empresas y los países
“Por lo general los emprendimientos nacen por alguien que se arriesga, que tiene sueños y el coraje para hacerlo. Sin embargo los colombianos toman el riesgo de emprender por necesidad y estas son, justamente, las personas más valiosas, porque son las que se atreven a pensar fuera de la caja y pensar en cosas diferentes. Tal vez en ellos está la solución al cambio climático u otros problemas de talla mundial”, explica Greg Galle, líder en innovación mundial, quien ha trabajado con Apple, Google, Harvard, Microsoft e incluso la Casa Blanca de los Estados Unidos a través de su compañía Solve Next.
Sin embargo, cuando el emprendedor no cuenta con las herramientas necesarias para ejecutar sus ideas da un paso al costado y vuelve a una empresa y rara vez vuelve a mostrar la iniciativa que tuvo al comienzo cuando decidió innovar. Ahora este potencial se ve estancado y no tiene ningún rendimiento, ni para la empresa, ni para sí mismo.
“En las empresas existe un sistema de desempeño creado para ser lo más productivo posible. Sin embargo, los líderes en Colombia y a nivel mundial están frustrados porque sus esfuerzos para innovar y tener rendimiento no se ven reflejados en cifras o resultados. Sin embargo, cuando empiezan a aplicar métodos alternativos como el de Solve Next construyen un sistema hermano al lado del sistema productivo para escuchar y explorar diferente habilidades, herramientas, experiencias y procesos que sin ese sistema no serían visibles y por lo tanto no tendrían resultados exitosos”, explica Galle.
Un sistema que puede cambiarlo todo

“Es que no tenemos la tecnología de Google, o las mentes más brillantes de Harvard, o la fuerza económica de Apple o la versatilidad de la Nasa”, dice uno que otro líder en el mundo, a lo que Galle se anticipa y dice que no hay necesidad vital de esas cosas para innovar.
“Hay que aprovechar los recursos disponibles, pensar en cómo liberar el ingenio y cómo se usa la escasez como un mecanismo de innovación. Luego pensar en qué capital tiene y cómo lo usaría de una manera poderosa”, explica Greg Galle, quien comenta que en Google -que se cree ser una empresa infalible- tiene problemas de comunicación en la que su cartera de proyectos no estaba alineada con la visión y metas de la compañía que es atender las necesidades del público. “Es ahí donde uno se pregunta: ¿cómo crear una sociedad más diversa y equitativa para satisfacer las necesidades del mercado?”, comenta el experto en innovación.
Este proceso que menciona Greg Galle es Think Wrong (pensar mal en castellano) y es un método que busca enseñar a las personas a dejar a un lado las creencias y prejuicios que les impide pensar fuera de la caja. “Este modelo enseña probar nuevas cosas que parecen tontas para salir de la zona de confort, así es cómo transformamos el cerebro y la forma en la que funciona la cultura, lo que aviva la curiosidad para buscar soluciones innovadoras”, comenta.
Algo tan sencillo como poner en práctica lo que dicen sus ayudantes, así parezca imposible de triunfar, o para el emprendedor que como Juan debe intentar algo nuevo y absurdo para demostrar que su idea es válida y que la puede sacar adelante.
“Por otro lado, este método se complementa con Leaders of Next, un espacio que busca enseñarle a los líderes a cómo hacer que las actividades ya establecidas dentro de una organización aporten rigor y disciplina probando nuevas cosas sin dejar de ser productivos”, comenta Galle.
Es hora de cambiar la estrategia
No importa si se trata de un emprendedor como Juan o una compañía a la que le resulta ser difícil ser flexible y acceder a nuevas ideas, lo importante es que para romper el status quo es dejar de hacer lo que se viene haciendo dentro de sus procesos de productividad.
Por ejemplo, si no tiene clientes para su negocio y ya los ha buscado en los canales de comunicación clásicos, pruebe con las redes sociales. “En términos de competencia global y transformación tecnológica en el mundo, hay que construir rápidamente las habilidades para trabajar en ello. Hay que entrenarse y entrenar a su personal para activar esa mentalidad y las habilidades suficientes para ser más competitivos con el mercado de innovación global”, explica Greg Galle.
Esto quiere decir que hay que buscar otras oportunidades cuando el panorama dice que no es posible. Esto en palabras de Galle es “engañar al nuestro cerebro para engañar nueva cultura y empezar a considerar nuevas posibilidades para dejar atrás las creencias que tenemos. Si nos mantenemos en la caja y nada cambia no sabremos cuál es el futuro, pero si nos preguntamos qué hay afuera que no hemos intentado encontrará caminos impredecibles, nuevos y llenos de retos y oportunidades”, comenta el experto.
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