Belo Horizonte, 10:30 a.m (8:30 de Colombia). Mi ojo calcula unos 20 mil hinchas de Colombia afuera del Mineirao, aunque nunca fui bueno para los cálculos. Las puertas se abren a las 11, el partido empieza a la dos y la proporción de colombianos contra griegos debe ser de 100 a 1. A la hora de escribir estas líneas desconozco el resultado del juego contra Grecia, pero lo cierto es que afuera, en la previa, todo es fiesta. Los noticieros hacen sus notas de color y los hinchas gritan y saltan, olvidando así las 6, 8, 12 horas de viaje y el dineral que se gastaron para poder ver a Colombia volver a un mundial luego de 16 años.