No pasó más de 1 hora del 2024, cuando las autoridades de Japón registraron un terremoto de 7.5, en la escala de Richter, en la región central de Ishikawa, dejando 161 fallecidos y otros cuantos desaparecidos que no han podido ser rescatados porque a este acontecimiento natural se le suman olas de tsunamis y nevadas que han complicado las operaciones de rescate. ¿Será este un hecho que confirma que los años bisiestos son de mala suerte?
Un año común y corriente se puede identificar porque octubre comienza el mismo día de la semana que el mes de enero. Así sucede también con abril y julio; diciembre con septiembre y febrero, marzo con noviembre. Sin embargo, los años bisiestos rompen estas reglas.
Así ha sucedido desde la época de Sosígenes, el astrónomo y matemático de Alejandría, quien diseñó el calendario para Julio César. Sin embargo, desde esa época tiene un pequeño error que se debía corregir agregando un día entre el 28 de febrero y el 1 de marzo cada 12 años. Este ajuste se llamó bis-sexto-kalendae.
Más errores en los años bisiestos
Sin embargo, Sosígenes siguió haciendo cuentas y algo no le cuadraba. Según el historiador romano Plinio, el matemático vio que el Sol había dado una vuelta antes de que el año se completara en su calendario, entonces fue cuando tomó la decisión que los años bisiestos fuesen cada cuatro años.
Con este escándalo en manos, Julio César, la cabeza del imperio romano y referente del mundo -antes de ser apuñalado en el Senado por Bruto, su hijo adoptivo-, decretó que los nacidos en el día bis sexto de febrero, celebraran su cumpleaños un día después, es decir el 1 de marzo.
Sosígenes no contento con el desorden que armó su calendario, murió sin poder remediar su error, que hasta hoy sigue estando vigente en el calendario mundial.
Los calendarios de los años bisiestos
Para nadie es un secreto que los calendarios se hicieron para contar el tiempo por adelantado. En un principio sirvieron para fijar los días de cosecha, las fiestas y los festivales religiosos, sin embargo, los primeros intentos de calendarios eran imprecisos, ya que dependían de la situación geográfica de sus inventores.
Por ejemplo, así le pasó a los escandinavos que usaban un año de 300 días divididos en 10 meses basándose en los movimientos de la luna. Los asirios también tenían un año lunar de 354 días, 11 menos que el actual. Los egipcios tenían 12 meses de 30 días y en su momento llegaron a añadir al final de cada año cinco días de festival en los que era de mal agüero trabajar.
Sin embargo, no fue sino hasta la intervención del Gregorio XIII, que ordenó – con la recomendación de Lilius, su bibliotecólogo-, que todos los años divisibles por cuatro fueran bisiestos, excepto aquellos terminados en dos ceros y no divisibles por 400, de modo que 1660 fue bisiesto como el 2000 o el 2024.
Todo este enredo nace a partir del tiempo que tarda la Tierra en darle la vuelta al Sol (365 días), así como el tiempo en que tarda en girar sobre sí misma (24 horas). Sin embargo, hay un descuadre en el que la Tierra da la vuelta alrededor del Sol en 365 y 6 horas.
¿Qué se hace con esas 6 horas que sobran?
Esas 6 horas que el calendario no logra cuadrar se convirtieron en un dolor de cabeza para Gregario XIII, que terminó por imponer los años bisiestos desde 1584, un año relativamente tranquilo, pero que sería el principio de más de 16 siglos de mala prensa a sus espaldas, porque al igual que los romanos, los católicos heredaron un calendario plagado de mitos, creencias y supersticiones, como le sucede con viernes 13, día en el que Caín mató a su hermano Abel; día en el que murió Moisés y David; en el que San Juan Bautista perdió su cabeza; Herodes ordenó asesinar a los inocentes y en el que Jesús fue crucificado en un madero.
Años bisiestos: ¿los culpables de guerras, terremotos y muertes violentas?
Una vez aclarado el panorama de cómo nacieron los años bisiestos y por qué existen actualmente, hacemos un viaje en el tiempo para comprobar qué ha pasado en estas épocas desde 1588, año en el que la Armada Invencible de Felipe II cayó ante su intento de invadir Inglaterra. Seguido del 1600, cuando Giordano Bruno, filósofo romano, contradijo las enseñanzas de Aristóteles y a los escolásticos, por lo que terminó en la hoguera por hereje. En 1616 murieron William Shakespeare en Stratford Upon Avon y Miguel de Cervantes hundido en la miseria en Madrid, España.
En 1644 cayó la dinastía Ming de China y en 1666 se incendió la ciudad medieval de Londres y además soportó una plaga que mató a 75.000 personas. Entre tanto, La Guerra de los Treinta Años de Europa (1618 a 1648) acabó con la mitad de la población alemana que entre violencia, hambruna y pestes arruinó a la nación teutona; o la inauguración de la guillotina en Francia (1792).
Personajes históricos que nacieron en años bisiestos
El siglo XVIII trajo consigo una serie de nacimientos que cambiaron la forma de ver el mundo. Al menos así sucedió con el filósofo alemán Immanuel Kant en 1724; el compositor austriaco Joseph Haydn en 1732 y el primer presidente de los Estados Unidos, George Washington en 1732.
Eso sin mencionar el nacimiento de Wolfgang Amadeus Mozart (1756), quien murió 35 años después en la miseria; caso parecido al del revolucionario poeta Lord Byron, quien se despidió a los 36 años luego de luchar con una terrible tuberculosis. No lejos de este destino está el caso de Percy Bysshe Shelley, autor de Ozymandias, quien nació en 1792 y murió ahogado a los 30 años.
Tragedias naturales y de guerra
Lisboa tuvo uno de los terremotos más letales de la historia en 1755, que inspiró el relato más mordaz de Voltaire (Poème sur le désastre de Lisbonne). Ya en el siglo XIX, exactamente en el año 1812, Napoleón llevó a la muerte a 600.000 hombres, que fracasaron en la invasión a Rusia. En este año la ciudad de Caracas sufrió un terremoto que mató a 10.000 venezolanos que estaban en búsqueda de su independencia. En 1848 se convirtió en un año de guerras mundiales y la caída de muchas burguesías en Italia, Francia, Austria, Alemania y levantamientos en España.
Otros años bisiestos
En 1856, Gustave Flaubert -considerado uno de los mejores novelistas de la historia- fue a la cárcel por su obra Madame Bovary, tachada de inmoral. En 1888 Jack el Destripador se tomó las calles de Londres para atacar a las prostitutas, dejando una de las historias mundialmente conocidas entre los ávidos lectores. Entre tanto, en 1896 el poeta José Asunción Silva se suicidó en Bogotá.
Y aunque no es un literato pero su nombre es el premio más reconocido del mundo en varios campos, entre estos el de la literatura, Alfred Nobel inventó la dinamita en el año bisiesto de 1866, lo que puede servir de argumento para probar lo terrible de estos años.
¿Qué pasó en el siglo XX con los años bisiestos?
En 1924 Lenin y Stalin comenzaron a dirigir una de las dictaduras más populares de la historia. En 1932, secuestraron y asesinaron al hijo del aviador más popular del mundo Charles Lindbergh. En 1940, el político y revolucionario ruso León Trotski muere asesinado en México.
En 1952 muere el rey de Egipto en un golpe de estado militar. En 1958 fue la famosa revuelta estudiantil de París, que sirvió para derrocar al general Charles de Gaulle en 1959.
Y aunque es verdad que los desastres no son exclusivos de los años bisiestos, sí han sucedido cosas especialmente trágicas. Por ejemplo, en 1968 asesinaron a Martin Luther King y a Robert Kennedy, además de la caída de los presidentes Belaúnde, Sukarno, Arnulfo Arias, Joao Goulart de Perú, Indonesia, Panamá y Brasil, respectivamente.
En 1972 fue el escándalo de Watergate, luego unos meses después 11 atletas israelíes fueron asesinados por terroristas árabes en los Juegos Olímpicos de Munich. Entre tanto, en 1976 murieron Zhou Enlai y Mao Tse-Tung, líderes del Partido Comunista Chino, seguido del peor terremoto en la historia reciente de China con 665.000 muertos.
¿Y en este siglo?
En el 2000 se accidentó el avión Kenya Airways cerca de Costa de Marfil dejando 169 muertos; múltiples atentados de la banda terrorista ETA en España; liberaron al dictador Augusto Pinochet en Londres por motivos “humanitarios”; sucedió el ataque cibernético del virus ILoveYou que dejó a millones de computadores inservibles en todo el mundo.
En 2004 un terremoto en Pakistán de 5.5 dejó 24 muertos; incendios forestales en China dejaron más de un centenar de muertos; en Colombia murieron más de un centenar de inocentes en enfrentamientos entre el ejército, paramilitares y guerrilleros. En 2008 explotó la burbuja inmobiliaria; la erupción del volcán Llaima en Chile; terremoto de 7.4 en Sumatra, Indonesia. En 2012 se esperaba el fin del mundo según el calendario maya; se recrudeció la guerra en Siria y la vuelta de Vladimir Putin a la presidencia de Rusia.
En 2016 triunfó el brexit en Reino Unido; un terremoto en Italia deja 296 muertos; murió Fidel Castro; triunfó Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos; el Estado Islámico atacó en Niza (Francia); cayó un avión comercial ruso dejando 92 muertos y fue el golpe de estado en Turquía. En 2020 fue la declaración mundial de la pandemia causada por el Covid-19.
Los bisiestos y las creencias populares
De esta forma también se puede argumentar de las catástrofes de los años no bisiestos, lo cierto es que el lector puede sacar sus propias conclusiones, pues estos acontecimientos negativos están repartidos a lo largo de los días y los años, por lo que estas no son más que simples coincidencias.