Lucía estaba cansada de la rutina de siempre: levantarse a la 5 de la mañana; ayudar a sus hijos a alistarse para el colegio; hacerle el desayuno a su esposo Antonio; trabajar por ocho horas; aguantarse el trancón de la hora pico; dormir y volver a empezar. Lo que su corazón deseaba era libertad y tiempo para ella misma.
En un impulso, se compró un plan todo pago a Santa Marta y pidió permiso en el trabajo. Planeaba irse por una semana y desconectarse de todo.
“Me voy a ir por una semana sola a Santa Marta, ya tengo todo hecho y, por ese tiempo, necesito que te encargues de la casa”, le dijo a su pareja, pero, en vez de aceptar, frunció el ceño y le respondió que no podía solo, porque él también estaba muy cansado y los niños no le hacían caso igual que a ella.
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Como balas, las palabras de Lucía atravesaron los argumentos de Antonio en contra de su viaje. Le recordó todas las veces que había sacrificado su descanso y vida social por su familia, le gritó que no hacía nada por la relación y que siempre era ella la que se daba más.
Argumento tras argumento, se dieron cuenta que eran muchas situaciones que nunca se habían discutido. ¿Fue el miedo, el “dejémoslo para después” o la falta de reconocimiento lo que les impidió llegar a soluciones antes?, ¿cómo hubiera sido mejor manejar la situación?

Frauky Jiménez, psicóloga especializada en terapia de pareja, explica cómo se pueden resolver estos problemas tan cotidianos y, aunque pequeños, importantes con “una guía de solución de problemas”, un método utilizado en sesiones psicológicas de terapia de pareja.
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¿Qué es una guía de solución de problemas?
Es una forma de abordar los conflictos de pareja de manera racional y que tiene el objetivo de buscar soluciones. En palabras de la terapeuta Frauky Jiménez, se “anuncia lo que cada uno tiene como preocupaciones o dudas, y con esa guía, se establece cómo se va a actuar”.
La pareja que tome este método debe comunicar de forma abierta y clara sus sentimientos e intentar llegar a puntos medios o consensos, según lo explicado por la especialista. No es recomendable imponer o guardarse detalles importantes que pueden cambiar la solución final que se tomará como pareja.
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Esta guía de solución de problemas de pareja contiene cuatro pasos para llevar a cabo:
Enunciar el problema de una forma clara y concisa
Lo que la psicóloga de pareja recomienda es darse un tiempo para hablar del problema y escribir en una hoja una frase del asunto que los aqueja a los dos.
Después, se comenta este “enunciado del problema”, que es la oración que engloba el conflicto central. No es necesario que la situación esté escrita de la misma manera, sino que desarrolle eso que genera roce.
Teniendo en cuenta la historia del matrimonio de Lucía y Antonio, un ejemplo para crear el enunciado de un problema de pareja es:
“Me siento cansada y no me siento bien cuando Antonio no me expresa su apoyo con las labores del hogar durante mi viaje”; o para la perspectiva de él: “siento que pierdo el control cuando Lucía me dice que se va de viaje y que me deja solo con las obligaciones de la casa”.
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Identificar qué es lo que genera molestia en cada uno
Una vez hecho el primer paso, la idea es discutir qué sensaciones le causa el problema (tristeza, enojo, confusión) y a qué se está dispuesto a ceder o no, según los límites personales de cada uno.
Bajo el caso de Lucía y Antonio, la terapeuta explica que la pregunta que se debe hacer es, “¿qué me causa que no me ayude con sus obligaciones en la casa?, ¿qué situaciones en particular me hacen sentir que estoy perdiendo el control cuando se va de mi lado por un tiempo?”.
Aportar diferentes soluciones
El siguiente paso será hacer una lluvia de ideas de soluciones. Las acciones deben crear confianza entre ambos de que se van a cumplir esos acuerdos, se respetarán sus límites personales y que se suplirán las necesidades emocionales de cada uno.
Cuando se mencione una solución, la recomendación es establecer un objetivo claro de cuál será el fin de esta. Por ejemplo, “te voy a llamar en la noche para que yo pueda disfrutar de mi viaje y que no pierdas contacto conmigo”.
Aceptar, negar y llegar a puntos medios
Este es el paso final de la guía de resolución de problemas. Con todas las soluciones que surgieron en el anterior punto, clasifíquelas en “lo acepto”, “no lo quiero” y “podemos negociarlo”.
En las negociables es clave preguntarse, en palabras de la psicóloga, “¿en cuál puedo ceder de tus soluciones y de las mías para poder cumplir?”. Después, concluyan pactando los acuerdos que sean logrables para ambos.
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