A los 8 años, Stephen Twining supo que su vida estaría detrás de una taza de té. Por aquel entonces, en clase de Geografía tenían un proyecto sobre India. El té, por supuesto, era uno de los temas infaltables al revisar la historia del segundo productor en el mundo de esta planta. No era difícil adivinar a quién le encargaría el profesor una exposición al respecto.
Con la ayuda de su padre, Sam, hoy ya retirado del negocio, Stephen haría la primera de miles de catas a lo largo de su vida. Sus compañeros de clase quedaron fascinados por la variedad de colores y aromas del té. Pero el más asombrado fue el mismo Stephen, quien al ver la emoción que se generaba por la bebida que llevaba su apellido, supo en ese momento que quería despertar esas mismas sensaciones por el resto de su existencia.
Desde su primer trabajo para la compañía, como asistente de ventas en la década de 1980, hasta su cargo actual de director de relaciones corporativas, Stephen ha honrado el legado de las diez generaciones que representa y ha compartido sus conocimientos sobre esta bebida alrededor del mundo.
El inicio de la tradición
La pasión que siente por el té trasciende las palabras y al escucharlo con ese típico acento británico describir cada sabor, aroma y textura resulta inevitable querer probarlo todo. Y es que, así como el café es sinónimo de Colombia en el mundo, el té es un referente de la cultura inglesa.
Paradójicamente, la historia de esta bebida en Inglaterra inicia con una portuguesa: la esposa del rey Carlos II, Catherine de Braganz, quien introdujo por primera vez el té al país en 1662. Años después, esta bebida ya estaba de moda entre las mujeres de los círculos más exclusivos de la sociedad.
Thomas Twining, joven comerciante que había importado productos exóticos del mundo con la compañía East India Tea, compró en 1706 la Tom’s Coffee House, donde le apostaría al té de buena calidad como su fórmula para diferenciarse de las tiendas que ofrecían café, ginebra y cerveza, las bebidas más consumidas de la época debido a la alta contaminación del agua.
La apuesta dio resultado. Sus mezclas de té tuvieron gran éxito entre los aristócratas de la ciudad, lo cual hizo que en 1717 comprara las propiedades vecinas y abriera una de las primeras tiendas de café y té seco en el mundo en la mítica calle londinense de Strand. Hoy este local sigue en funcionamiento y se erige como símbolo de una tradición de más de 300 años, presente en más de 115 países.
Esta fue una de las primeras tiendas de café y té seco del mundo, en la calle Strand en Londres.
“La tradición es muy simple. Hacemos una sola cosa, pero la hacemos realmente bien: té de buena calidad. Si leemos la historia de la compañía en detalle, cada generación se ha beneficiado de las innovaciones tecnológicas. Mi padre empezó a empacar el té en bolsitas, nosotros empezamos a usar nuestras habilidades para hacer mezclas herbales y lograr un gran sabor. Tener una historia tan larga le dice a la gente que tú has sido muy bueno hasta ahora en lo que haces”, asegura Twining.
La buena calidad de este té hizo que, en 1837, la reina Victoria le otorgara por primera vez a la compañía la Autorización Real de Nombramiento como proveedor de té para residencias suyas como el palacio de Buckingham, Sandringham o el castillo de Windsor. Desde entonces, Twinings ha suministrado la bebida para la monarquía británica.
“Tener una Autorización Real de Nombramiento es un gran honor, no solo porque somos la única compañía de té que la posee, sino porque es una prueba de la clase mundial de nuestros productos y de que nuestra organización es responsable con el medioambiente”, comenta Twining.
Los programas de responsabilidad social son un elemento clave en la relación entre Twinings y los países donde compra el té, como China, India, Kenia, Malawi, Indonesia, Sri Lanka y Argentina, ya que la compañía no tiene cultivos propios por la naturaleza estacional de la planta, la Camellia sinensis.
Maestría en el paladar
Otro de los secretos de su éxito es lo que denominan Master Tea Tasters o maestros catadores de té. Estos expertos son los encargados de seleccionar la materia prima en los diferentes cultivos alrededor del mundo y lograr que el consumidor perciba siempre el mismo sabor.
En la actualidad cuentan con nueve de estos maestros, de los cuales dos tienen más de treinta años de experiencia. “Debido a que la calidad de la hoja se puede ver afectada por factores como el clima, dejamos que los Master Tea Tasters compren el té que ellos consideran necesario para garantizar la calidad de nuestros productos”, señala Twining.
La pasión y la tradición son primordiales en la formación de estos maestros catadores, ya que no hay una escuela a la que puedan asistir, sino que la compañía los entrena directamente. Después de cinco años de formación, las personas que deseen ingresar a esta particular carrera pueden lograr el título de Tea Taster y después de otros diez años pueden aspirar al título de maestro.
El mercado mundial
El té, la segunda bebida más consumida en el planeta, solo después del agua, indudablemente es un símbolo del ADN inglés en el mundo. De hecho, los ingleses beben cerca de 156 millones de tazas de té al día, un promedio de 3,3 tazas por habitante.
Pero al contrario de lo que podría pensarse, los habitantes de la tierra de los Beatles no son los mayores consumidores. En el escalafón son superados por Kuwait, Turquía e Irlanda, donde el promedio está en cuatro tazas al día por habitante. En Latinoamérica, el mayor consumidor de té es Chile.
“Siempre es adecuado prepararle a alguien una taza de té. Es universalmente aceptado, sin importar religión o cultura”, comenta. Y esta compañía ofrece más de 500 diversas mezclas de té, incluidas las infusiones herbales.
Stephen Twining es el actual director de relaciones corporativas de la compañía.
El más apetecido a escala mundial es el Earl Gray, un té negro con bergamota, desarrollado en 1831 por petición del primer ministro británico de aquel entonces, el conde Charles Gray. Aunque la compañía no lo registró en su momento, Twinings cuenta con la firma de uno de sus descendientes que certifica su fórmula. “Si tienes una obra de arte, el original siempre será mejor. Nadie puede hacer una copia con la calidad de la mezcla de nuestro Earl Gray”, agrega Twining.
El English Breakfast se ubica en el segundo lugar de preferencia. Es un té negro con un sabor fuerte, diseñado especialmente para iniciar el día. Esta bebida fue creada en 1933 para acompañar los nada ligeros desayunos británicos en aquel entonces. Tradicionalmente se suele tomar con un poco de leche.
El futuro de la dinastía
El mercado del té continúa su expansión por lo que Stephen Twining llama la tendencia del bienestar en el mundo. “Las personas buscan grandes experiencias de sabor, pero con ingredientes saludables para sus cuerpos –señala–. Cada vez más, las personas quieren tener un mayor conocimiento acerca de lo que consumen. Y están preparadas a pagar por lo que es mejor para ellas”.
En esta nueva corriente, las infusiones herbales con manzanilla, jengibre, limón o menta tienen cada vez más adeptos, ya que son ingredientes naturales libres de cafeína.
“Las infusiones constituyen una de las áreas de más rápido crecimiento. Inicialmente era muy importante para nosotros no usar nada artificial y conservar los sabores naturales. Queremos que todos los componentes sean seguros y por ello nos cercioramos de que son piezas de frutas puras”, explica.
“Tres de nuestros Master Tea Tasters desarrollan nuevas mezclas herbales, porque se han convertido en una parte muy importante del negocio”.
Al contrario de lo que sucede en otras regiones del mundo, como Latinoamérica o el Caribe, donde los consumidores aman esta clase de mezclas frutales, los ingleses no son fanáticos de este tipo de bebidas.
“Si me hubieran pedido describir la compañía hace diez años, habría dicho que éramos una compañía de té de buena calidad. Hoy podría decir que hacemos bebidas calientes de gran sabor con los regalos de la naturaleza”, dice.
Aunque en algunas generaciones han trabajado en la firma hasta cuatro miembros de la familia, en la actualidad Stephen Twining es el único de más de 1.100 empleados, apasionados por el té, que tiene el apellido de la compañía, propiedad ahora de Associated British Foods.
Su padre se retiró del negocio hace 17 años y antes ya lo había hecho su abuelo. Sus hijos han elegido otros caminos: por ahora las apuestas están en sus sobrinos. “Los árboles familiares no son siempre rectos –agrega–. La tradición familiar es no decirle a la próxima generación que debe dedicarse al negocio, sino que se espera el momento en que despierte en ella la pasión por el té”.
Según Roberto Moreno, director de la firma encargada de la importación y distribución de Twinings en Colombia, el consumo del té en el país ha crecido en los últimos años debido a un aumento en la conciencia de la salud y el bienestar y también por las nuevas mezclas e infusiones herbales como limón y jengibre, fresa y mango, limón y frambuesa.
“Las importaciones protagonizan el mercado del té nacional, especialmente porque las compañías que empacan las marcas colombianas traen la materia prima desde India, Ecuador y Sri Lanka”, explica Moreno. Actualmente, en el país se puede encontrar un solo cultivo de té, en Bitaco, Valle del Cauca.
Moreno señala que entre los sabores preferidos por los colombianos están el English Breakfast, el Earl Gray y frutos del bosque. Mientras que en infusiones, el limón y jengibre lidera las ventas, empujado probablemente por los beneficios para las defensas que la gente ha buscado durante la pandemia.
Cómo preparar una perfecta taza de té según Stephen Twining
Recuerde que cada tipo de té requiere agua en diferentes temperaturas. El té negro o las infusiones la necesitan casi en su punto de ebullición (100 °C) y el té verde la precisa un poco más baja (90 o 95 °C).
Utilice siempre agua fresca. Se puede usar un filtro de carbón para reducir el sabor de minerales o calcio en el agua. Evite el agua hervida previamente, ya que contiene menos oxígeno, lo cual afecta la calidad de la bebida.
Si desea preparar el té en una tetera es recomendable calentarla con un poco de agua hirviendo para garantizar una buena infusión, ya que el impacto del agua con la tetera fría puede afectar el sabor del té.
Sea paciente con el tiempo de infusión: las bolsas pequeñas necesitan tres minutos y el té suelto, con hojas más grandes, tomará algunos minutos adicionales.
No agite la bolsa de té dentro de la taza. Esto no ayuda a acelerar el proceso de infusión ni a extraer más sabor. Lo único que logrará es cambiar el color del agua.
Recuerde retirar la bolsa de té de la taza porque al terminar el tiempo de infusión recomendado se puede afectar el sabor y, además, no luce muy elegante.
Al sacar la bolsa de té, exprímala suavemente para quitar el exceso de humedad antes de depositarla en la basura.
Después de retirar la bolsa revuelva ligeramente la preparación con una cuchara pequeña para distribuir bien los sabores dentro de la taza.
Nunca adicione azúcar a la bebida, ya que su sabor evita que el paladar perciba todos los sabores del té.
Tome el té como a usted más le guste. Por eso, si lo desea, omita el consejo anterior.