En Colombia donde el ron suena a bolero y el aguardiente late como tambor de cumbia, la coctelería empieza a narrar sus propias historias con notas a cacao y el siropes de frutas recién cosechadas. En el caso de Cartagena, la experiencia va más allá de un trago bien servido, ahora exige un relato líquido que evoque selvas, costas y atardeceres infinitos, como estos cocteles que están dando de qué hablar en la ciudad amurallada.
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Para hacer una elección justa, el bartender Andrey Jaramillo, reconocido como una de las figuras destacadas en la exigente competencia World Class, comparte que un coctel es una postal líquida que se bebe y con el paso del tiempo se añora volver a sentir ese sabor.

Por eso con Diners abrió su cofre de secretos y reveló sus mezclas predilectas, aquellas que nacen de noches tropicales, de mercados ruidosos al amanecer y de esa búsqueda incansable por capturar el alma colombiana en un solo trago.
«Hoy el bebedor quiere que el coctel le cuente una historia, que tenga un corazón», confiesa Jaramillo. Es así como entre botellas y vasos old fashion el bartender ofrece un mapa líquido que redefine el placer en cada sorbo.
A continuación, vea los cinco cocteles que están dando de qué hablar en Cartagena:
1. Garibaldi RTD en Mama’s Pizza (calle del tablón #35-27)

Este coctel viene con Campari y soda de naranja, embotellados y gasificados para seducir a quien busca frescura sin complicaciones. Ligero, chispeante y elegante, este trago pertenece a la familia Ready To Drink, y se siente como un paseo corto por la costa cuando el sol empieza a acariciar las piedras.
2. Bloody Tini en Lobo de Mar (calle del Santísimo #8-15)

Vodka con tocineta, vermut con tomate y un tomate cebra encurtido que corona el vaso como una joya insurrecta. Este cóctel, hijo secreto del Bloody Mary y el Martini, tiene un perfil salino y especiado que desafía la tradición y abraza el atrevimiento. Una copa para quienes no temen besar el filo de lo inesperado.
3. Terral en Lobo de Mar

Este es un tributo al trópico y a los sueños tostados de madrugada. Ron añejo, jerez fino, café, zumo de limón y almíbar simple se encuentran en un abrazo complejo y refrescante. Ganador de una competencia nacional de jerez, evoca una limonada de café que despierta el alma y la imaginación, perfecta para esas tardes que huelen a sal y mango.
4. Bonny en Lobo de Mar

Viene con vodka, cordial de mango y naranja, y vino blanco se unen en una copa que burbujea como una carcajada suave. En el restaurante Lobo de Mar, donde reina, se convierte en la pareja ideal para un tataki o un pescado recién sacado del hielo. Tiene el encanto de un espumante que no se toma demasiado en serio, pero nunca se olvida.
5. Tangerine Dream (calle 31 #3-37)

Con whisky, mandarina, almíbar simple y una solución cítrica que envuelve y suaviza la rudeza del destilado. Diseñado para los curiosos que se asoman al mundo del whisky con cautela, este trago ofrece un equilibrio sereno entre intensidad y frescura. Una invitación a la contemplación y a la sorpresa.
¿Con qué se puede maridar?

Los cocteles que Andrey Jaramillo comparte con Diners están diseñados para maridar con la gastronomía local de Cartagena. Propuestas como el Garibaldi RTD, con su frescura cítrica y ligereza, encuentran pareja en ceviches, tartares o ensaladas con hierbas frescas.
Por su parte, el Bloody Tini exige platos con personalidad, como ostras, carpaccios bien sazonados o quesos curados. El Terral, con su alma de café, marida con tatakis, pescados curados o carnes blancas a la plancha, mientras que el Bonny, frutal y burbujeante, se entiende a la perfección con sushi, tiraditos y pescados suaves.
Para cerrar, el Tangerine Dream marida bien con carnes blancas suaves, mariscos frescos y postres ligeros con cítricos.