Cantina y Punto no es el típico restaurante de comida mexicana. No está adornado con globos, serpentinas ni piñatas colgantes, ni tampoco las catrinas hacen parte de su decoración. Es sobrio, de ambiente amaderado y se concentra en lo vital: respetar las tradiciones culinarias de México.
Para lograrlo, sus dueños fueron muy selectivos con los ingredientes que utilizan. Tanto es así que Roberto Ruiz, creador de Cantina y Punto y chef del restaurante Punto MX –el único de comida mexicana en Europa con una estrella Michelin–, recorrió, junto con su socio Santiago Arango y los chefs Adrián Rojas y Carlos Arias, las plazas de Paloquemao, 7 de Agosto y La Perseverancia para valerse de lo mejor de la despensa colombiana. “Queremos que el comensal se remonte a México en cada bocado y no en cada esquina que ve”, explica Arango.
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La carta del restaurante seduce porque no es pretenciosa; ofrece las típicas tortillas, tacos, sopas, chilaquiles y quesadillas mexicanas, pero su atractivo consiste en utilizar técnicas ancestrales. Las tortillas, por ejemplo, se elaboran mediante el nixtamalizado –una técnica precolombina que consiste en cocer el maíz en agua de cal–.
También promete una sección especial para veganos, en la que invita a probar el taco de rajas y maíz con salsa molcajeteada roja, o la enfrijolada de champiñones salteados. Además, para complacer el paladar de quienes no toleran el picante, la mitad del menú brinda la opción de escoger el nivel deseado. Las posibilidades van desde tacos de carnitas sin picante, hasta el ceviche de pescado del día adobado en chiles jalapeños toreados, inevitablemente picante.
El chef Carlos Arias recomienda empezar con unas tostadas rosarito seguidas de una cazuelita de chorizo verde con queso fundido. Como plato fuerte sugiere dos tacos: el de carnitas y el de camarones; y para rematar: café de olla –un mousse de chocolate con trozos de gelatina de naranja y canela, servido con helado de vainilla y tierra de café de olla mexicana–.
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“Ofrecemos auténtica comida mexicana puesta al día, bien presentada, con técnicas actualizadas que no alteran en nada las recetas milenarias mexicanas”, concluye Santiago Arango.
Si tiene tiempo, no deje de probar la gran variedad de margaritas y cocteles con mezcal que ofrece la barra del lugar, lo sorprenderá gratamente.