Los diseños invitan a jugar y divertirse combinando siluetas y estampados
Foto: Cortesía Casa de Diseño y Karim Estefan
Estilo de vida Moda

Amelia Toro regresa al colegio

La diseñadora colombiana se inspiró en los uniformes de los colegios británicos para su colección primavera-verano 2016. Predominan las camisas blancas, los tejidos como el espina de pescado y los tonos vinotinto. Una propuesta femenina con acentos masculinos y siluetas estructuradas.
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febrero 19, 2016
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«Más que seguir tendencias, hay que buscar imponerlas. Estar siempre un paso adelante”, sentencia Amelia Toro, mientras sumerge delicadamente una bolsa de té orgánico en una taza de agua hirviendo, en un restaurante de la zona rosa de Bogotá, a pocas cuadras de su boutique. Esa, asegura, es la meta que se impone cada vez que se enfrenta al reto de diseñar una nueva colección. Sin embargo, en esta oportunidad quiso ir un poco más allá, y sorprender apartándose de lo que usualmente se espera de ella.

Faltan pocos días para que presente su propuesta primavera-verano 2016, un proyecto en el que confluyeron varios factores que, como ella explica, le dieron unidad y coherencia al conjunto. “Esta colección es bien masculina, me inspiré en los uniformes clásicos de los colegios británicos. Por eso hay muchas camisas y prendas en telas ligeras, pero con texturas como tweed príncipe de Gales y espina de pescado”.

Asegura, además, que aprovechó este concepto para apartarse de uno de los sellos con los que la identifican: los vestidos. “Por supuesto que incluí algunos, no hay nada más rico que ponerse un vestido, porque no hay que pensar con qué combinarlo. De hecho, son mi uniforme”, dice mientras se pone de pie y modela el vestido negro que tiene puesto.

“Pero quiero ofrecer más opciones, la posibilidad de combinar faldas, pantalones, camisas, chaquetas, piezas separadas. En esta temporada viene fuerte el pantalón de bota ancha, puede ser descaderado o a la cintura, y como es primavera-verano, va hasta el tobillo, tipo capri”. Cromáticamente también quiso salirse del molde, y no restringirse a los tonos típicos de la temporada. “Hay algo de otoño en esta primavera”.

Negro, blanco, gris, vino tinto y azul, colores ya tradicionales y característicos de la marca. Como contrapeso, los estampados desempeñan un papel importante en la propuesta. “En algunos de los diseños se hace referencia al resurgimiento de los años sesenta y setenta, de nuevo aludiendo a la cultura británica, la época de los Beatles, de Andy Warhol, una influencia retro reinterpretada a través del color, las proporciones y siluetas estructuradas”.

Las telas y texturas elegidas fueron determinantes para lograr que la propuesta se adaptara a los climas y temperaturas que hay en las diferentes regiones y ciudades del país. “Tengo prendas que son un poco más pesadas, ideales para usar en esta época en lugares como Bogotá o Medellín, en las que utilizamos sedas y lanas muy delgadas mezcladas con algodón; y otras que son más livianas, donde hay hasta batas para ir a la playa”. Para los climas cálidos y húmedos recomienda el algodón o tul.

Y hace hincapié en que la mayoría de su producción es con telas naturales. “Hay muy pocos sintéticos, porque no dejan respirar la piel”. Esto no significa que no aproveche los últimos desarrollos tecnológicos, nuevos acabados, estampaciones y laminados, que encuentra en las ferias que visita.

Para equilibrar los acentos masculinos y más estructurados, hay una serie de piezas con elementos ultrafemeninos y románticos. “Son túnicas o vestidos cortos, algunos con encajes de organdí, finos y delicados; y otros con flores, en tonos rosa, haciendo eco a los colores de la naturaleza en la primavera”. En este punto, Amelia destaca que hay ciertas ventajas cuando una mujer diseña para mujeres. “Entendemos las cosas que nos acomplejan. Por eso nuestros vestidos son sueltos, no se ciñen al cuerpo. La comodidad y sentirse seguro con lo que uno lleva puesto es muy importante. Por eso hago prendas que definen la figura, sin forrarla. Lo llamo body conscious. Esto no significa que no haya sensualidad en las propuestas”.

Opina también que aunque Bogotá es una capital cosmopolita, donde la gente sabe y aprecia la moda, falta que seamos más abiertos, no tan cuadriculados. “Hay quienes les temen a los estampados, o a los cortes que se salen de lo típico, de lo que se está usando. Claro que es más fácil comprar lo que es seguro, pero creo que hay que arriesgarse a tener algo diferente en el clóset y cambiar un poquito. Solo vivimos una vez, lo que no hagas hoy, ya no lo haces nunca. Es una manera de resaltar la individualidad y belleza única de cada una”, concluye, mientras ultima los detalles de la próxima pasarela por medio de mensajes de texto en su celular.

La colección se presentará el próximo 8 de marzo en un desfile patrocinado por Seguros Bolívar y Davivienda. También estará disponible en Amelia, la nueva boutique de la diseñadora, donde tiene las prendas de primavera-verano, Resort y Cruise, mientras que en Amelia Toro se encontrarán las propuestas de otoño-invierno. “Colombia es un país con una gran diversidad, donde todo el año pueden usarse las diferentes colecciones”.

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