“A WORLD WITH NEW BALANCE”: DARÍO CÁRDENAS
Toma entre sus manos un chaleco cerrado elaborado con retazos de telas, trenzados a su vez entre sí. Los dedos de Darío Cárdenas son fuertes pero vuelan livianos sobre esta prenda a medio hacer. La acaricia y cuenta, detiene la mirada y mira hacia la calle. Un silencio largo. El diseñador nacido en Bucaramanga en 1984 se repone de un proceso físico que le ha causado susto y dolores. Resuelve aferrarse a la moda, su trabajo diario, para comprobar que el presente es algo así como el anticipo de su futuro.
Recibe la propuesta de la legendaria firma norteamericana “New Balance” para crear una colección exclusiva que hable del mundo urbano, casual y pleno de tendencias que marcan tanto a Cárdenas como a los afamados tenis. Todo está listo para Colombiamoda 2015. Va a vestir a mujeres –su especialidad- y a hombres –esta vez-. Lo hace con negros, blancos y diseños gráficos que reproducen el multicolorido pero cuestionado maíz producido por la compañía Monsanto. El diseñador quiere que se oiga su voz de crítica frente a los alimentos transgénicos y al tiempo desea equilibrar el impacto que le produjo saberse más frágil de lo que imaginaba. Cuestiona su entorno.
Pone su creatividad al servicio del lado más racional de su personalidad y comienza a trabajar prendas funcionales que no abandonan ese “romanticismo subversivo” con el que se reveló como diseñador hace cuatro años en varias pasarelas (Chocolyne e Infashion). Cárdenas estudió gastronomía internacional pero ha mostrado que sus mejores recetas no salen de una cocina sino de su diminuto taller de confección, situado en la parte trasera del local que utiliza como punto de venta al norte de Bogotá. “El próximo paso que quiero dar es concebir bien mi modelo de negocio. Todo ha ido sucediendo muy rápido pero debo estar a la altura de la responsabilidad que tengo como empresario” dice con voz profunda el hombre joven que parece haber crecido aceleradamente en los últimos seis meses.
PEPA POMBO: TÉCNICA Y DISEÑO
“Me gusta todo lo multifuncional” exclama Mónica Holguín, directora creativa de la pionera marca de punto fundada por su madre, Pepa Pombo, hace treinta años en Bogotá. “Hay que saber muchísimo sobre cómo funciona este mercado de la moda” me asegura esta última en otro momento. El complemento entre ambas es evidente. Desde que trabajan juntas, la firma crece y se posiciona con una propuesta que incide en la moda nacional y se internacionaliza. Sus procesos propios, desde el diseño de telas hasta la producción de las mismas y la confección de prendas, las hace ir a veces a un ritmo menor del que desearían. “Es que lo industrial en “Pepa Pombo” es solo un complemento de lo artesanal”.
Las ideas de color y siluetas brotan sin cesar en la cabeza de Holguín para dar forma a “Pixel Paradise”, la colección asociada al verano producida para Medellín. Rojo con mandarina, rosa claro, blanco, nácar, violeta, verde esmeralda y azules tiñen nuevas siluetas elaboradas en lycras, algodones, viscosas y un amplio surtido de materiales livianos. “Se trata de formas geométricas depuradas que se amarran en la cadera o la cintura” revela la diseñadora.
Peldar apoya esta colección y no es por casualidad. Tanto la firma independiente de diseño como la poderosa compañía de vidrios comparten algo que no se ve pero que constituye parte esencial de ambas equipos: su compromiso por rehacer procesos permanentemente. “Lo que no sirve, lo volvemos a hacer” sentencia la creadora de vestidos “Belle Epoque” del siglo XXI.
LA PASARELA M
Cinco diseñadores colombianos preparan una colección muy singular. La propuesta que les hizo la Fundación liderada por Lina Hinestroza fue crear a partir de un sentimiento asociado a la lucha contra el cáncer. De esta manera, Argemiro Sierra representa la Creatividad; Francesca Miranda, el Amor; Manuela Alvarez, la Fortaleza; Ana María Restrepo, la Alegría y Juan Pablo Socarrás, la Aceptación. Siete salidas identificarán en pasarela el trabajo de cada uno identificado con un tema musical diferente. El cierre del desfile lo hacen todos juntos en el recinto de Colombiamoda.
“Estamos creando desde el corazón, no estamos adaptando nada de lo que tengamos previamente en nuestros talleres. Somos conscientes de que lo estamos haciendo para advertir sobre la necesidad de prevenir el cáncer y concientizar sobre el apoyo que requieren quienes lo padecen” precisa Juan Pablo Socarrás, el diseñador bogotano que puede contar con profundo conocimiento lo que significa superar una enfermedad semejante.
Con tan solo siete años de edad fue diagnosticado con cáncer inguinal en la pierna derecha. Durante siete años más sufrió recaídas y la recuperación. Gracias al apoyo incondicional de su padre, médico, y de una madre que se volvió la gran cómplice del diseñador, Socarrás goza de la existencia como pocos. “Soy un sobreviviente y conozco los sentimientos que te inundan cuando te ves enfermo. Ya estoy sano, superé esa etapa de mi vida y de ella aprendí mucho que me hizo fuerte y consciente de que vivir se trata de las cosas más menudas. Lo que a la mayoría de la gente se le vuelve paisaje, a ti te parece maravilloso. Adoro correr porque me siento libre, no pude hacerlo cuando me gradué en silla de ruedas. Sales adelante si aceptas tu condición. Depende de la fortaleza que tengas” confiesa el hombre atildado, joven y atento que se vuelca profesionalmente en las tradiciones artesanales de Colombia. Una capacidad que le ha llevado a ser elegido para intervenir con productos locales la gran gala a favor de las mujeres que celebra anualmente Naciones Unidas en Nueva York.
Al ritmo de la pieza de Coldplay en español titulada “Viva la vida”, se verán las salidas de Socarrás. “Tengo lista una colección para mujeres y para hombres -pues a nosotros también nos afecta aunque sea menos visible-. Aceptar lo que te sucede y crear armaduras para salir adelante es clave. Por eso, desarrollé unas piezas inspiradas en los guerreros. Estas “armaduras” –crop tops- interpretadas en tejidos como papel maché y macramé las desarrollé en alianza con mujeres desplazadas y comunidades artesanales de Boyacá. Son sólidas pero suaves al tiempo. Debajo se ven prendas fluidas en lino y algodón, muy naturales, sin tanto color”.
El diseño creativo y algunas prendas son donadas por los creadores a la Fundación Modo Rosa. El público podrá adquirir las que más les gusten en el punto de venta de cada diseñador en sus ciudades.