Stranger Things
Netflix
¿Por dónde empezar? Quizás por el hecho de que Winona Ryder, la actriz juvenil por excelencia en los años ochenta, interpreta una madre de familia en el que puede ser el mejor papel de su carrera. O quizás por el hecho de que, desde la tipografía utilizada en los créditos, Stranger Things es un homenaje a clásicos de esa década como Poltergeist, los Goonies o Encuentros cercanos del tercer tipo. Hay tanto para contar de la nueva producción de Netflix que centrarse en un solo tema es imposible.
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La trama sigue las aventuras de tres niños, Mike, Dustin y Lucas, de unos doce años, que buscan a su amigo Will quien desapareció una noche después de jugar Calabozos y Dragones. Winona Ryder, la mamá de Will, está en medio de su propia búsqueda frenética, mientras en su casa las luces se prenden y apagan, la radio transmite la voz del niño. Por supuesto, nadie le cree. También está el sheriff del pueblo (David Harbour), quien está a cargo de la búsqueda. Y Eleven, una niña misteriosa que no habla pero puede abrir y cerrar puertas con su mente…
A la mezcla se suman Nancy (Natalia Dyer), la hermana mayor de Mike, y Jonathan (Charlie Heaton), el hermano mayor de Will, quienes están adelantando su propia investigación al respecto. Aunque el pueblo entero cree que Joyce está mal de la cabeza, la desaparición de Barb (Shannon Purser) pone de manifiesto que algo misterioso está sucediendo.
Las referencias tanto estéticas como temáticas a los Goonies, E.T. y Encuentros cercanos del tercer tipo están presentes en toda la serie, pero también hay algo de John Hughes y las películas adolescentes de la época. Para el ojo entrenado un buen juego es buscarlas e identificarlas. No le hablaremos del lado «misterioso» a donde van los desaparecidos; dejaremos que ustedes saquen sus propias conclusiones al respecto.
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Aunque Ryder y Harbour hacen excelentes papeles, son los niños quienes sobresalen en Stranger Things. Los productores Matt y Ross Duffer lograron crear un grupo de amigos inseparables, ese tipo de ‘pandilla’ jugadora de Dungeons and Dragons, ingenua y llena de actividades e ideas con las que soñaron los niños de los ochenta. La música, la ambientación y el vestuario son otro acierto.
