Sean Baker nació el 26 de febrero de 1971 en Summit, Nueva Jersey, y creció en Short Hills y Branchburg, Nueva Jersey. Hijo de un abogado de patentes y una profesora, desde temprana edad mostró un interés y una sensibilidad por el cine, influenciado por los clásicos de Universal Monsters que su madre le llevaba a ver en la biblioteca local.
Durante su adolescencia, trabajó como proyectista en el Wellmont Theater de Montclair y como taxista durante sus años universitarios. Estudió cine en la Universidad de Nueva York, donde obtuvo su licenciatura en estudios cinematográficos.
Sean Baker: una carrera de lo pequeño a lo amplio
Baker comenzó su carrera cinematográfica con «Four Letter Words» (2000), una comedia que explora la psicología masculina post-adolescente. La película se centra en un grupo de amigos que se reúnen en una fiesta después de la graduación de la escuela secundaria, donde descubrimos el universo de los jóvenes de los suburbios de Estados Unidos.
Con Take Out (2004), Baker dio un giro hacia el drama social, explorando la vida de Ming Ding, un repartidor de comida que se endeuda con algunos traficantes que le permitieron llegar a Estados Unidos. La película llamó la atención por su estilo de cine verité, utilizando una cámara en mano que sigue a Ming durante sus entregas en el vecindario de Upper Manhattan.
En Prince of Broadway (2008), Baker siguió explorando un estilo basado en diálogos improvisadas, cámara en mano, dándole el prestigio de cineasta independiente que le permitiría llevar a cabo dos largometrajes más (Starlet (2012) y Tangerine(2015), antes de lanzarse al estrellato con The Florida Project(2017).
Protagonizado por Willem Dafoe, Bria Vinaite y Brooklyn Prince, la película cuenta la historia de una niña de seis años, Moone, y su madre soltera, Halley, quienes viven en un barato hotel en Kissimmee, Florida, cerca de Walt Disney World. Abarcando temas como la pobreza infantil y la supervivencia de cierta clase trabajadora de Estados Unidos, la película recibió numerosas nominaciones en los Premios Oscar, Globos de Oro, Bafta y muchos otros.
El año pasado, su octava película Anora le dio la vuelta al mundo luego de llevarse la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Luego de muchos años con el deseo de ambientar una película en los barrios de Brighton Beach y Coney Island, en Brooklyn, Baker terminó el guión de la mano de un colaborador.
(Mikey Madison, la nueva revelación de Los Ángeles)

La historia de una joven scort y striper que trabaja en un club nocturno en el centro de Manhattan de repente toma un giro cuando Nikolai Zakharov, el guapo heredero de un poderoso magnate ruso, se enamora de ella. La relación que se consolida luego de un matrimonio se verá amenazado por Toros, su padrino, y una familia dispuesta a hacer todo para evitar el vínculo.
En una entrevista, Baker ha dicho que lo que más ha motivado su cine es la belleza que él ve en todas partes. Por eso la relación que mantiene con sus directores de fotografía es fundamental: la imagen cumple en sus películas un papel tan importante como la historia.
En el caso de Anora, aunque la historia sugiere tramas y emociones sombrías, Baker se cercioró de reflejar esos colores y esa belleza que él sigue viendo, incluso en los momentos más difíciles -Baker, también a través del cine, logró superar su adicción a los opioides-: “Siempre pensé que eso era injusto porque sé que si alguien hiciera una película sobre mi vida, no querría que pareciera simplemente gris y monótona. Incluso cuando estoy pasando por momentos difíciles, sigo viendo color, sigo viendo belleza. Y creo que intentamos reflejar eso en el estilo de la película.”
Protagonizada por Mikey Madison, la película ha consagrado a Baker como un cineasta independiente que, sin sacrificar su estilo, ha logrado llegar a las audiencias más grandes dentro de los circuitos más alternativos hasta los más comerciales. El próximo 2 de marzo, el neoyorquino competirá en la categoría de mejor director: más allá del resultado, con esta película la carrera de Baker promete nuevas producciones y horizontes donde prima la belleza.