El actor y humorista bogotano Santiago Moure regresa a las tablas con la obra Show del Yo: Hombrexplicando, que se presentará en la Sala Arlequín del Teatro Casa E Borrero a partir del 25 de marzo de 2025.
Esta comedia musical, coescrita y dirigida junto a Louis Cyfer, mezcla ironía, humor negro y una estética visualmente impactante para abordar los conflictos del hombre contemporáneo frente al empoderamiento femenino, las nuevas masculinidades y las luchas feministas. La obra se define por una estética posmoderna que combina elementos burlescos con multimedia, utilizando una pantalla gigante que domina el escenario, sirviendo tanto de escenografía como de personaje.
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Los visuales, inspirados en famosos ilustradores, se presentan en una mezcla de tonos vibrantes y surrealistas, mientras que el uso de imágenes icónicas de figuras históricas subraya la crítica social de la obra.
La música que acompaña esta propuesta, compuesta por Moure y Cyfer, cuenta con los arreglos del reconocido Alejandro Gómez Cáceres. Las funciones están programadas para los martes y miércoles a las 8:00 p. m., ofreciendo al público una experiencia teatral que invita a cuestionar y reflexionar sobre las dinámicas de género actuales.
Además de su faceta teatral, Santiago Moure compartió con Diners sus cinco canciones favoritas, revelando una faceta más personal y sus influencias musicales.
1. Sujétate la lengua de Eddie Palmieri
Sujétate la lengua es una de las tantas maravillas musicales del rompeteclas Eddie Palmieri. Siempre será una de mis favoritas por sus arreglos virtuosos, en los que entreteje un ritmo endiablado africano con edificios armónicos del piano, llenos de cromatismos, y los trombones en disonancias que recuerdan a la Sonora Matancera, pero con ese toque de jazz neoyorquino que hace de Eddie el emperador de la salsa. Un placer para bailar y tocar.
2. Rabo de nube de Silvio Rodríguez
Menos es más, y eso le cala a la perfección a Rabo de nube, tema que Silvio interpreta con su voz en falsete que parece a punto de quebrarse en la desafinación, pero que es rescatada por su habilidad de cantante y que, mezclada con el arpa, logra flotar en melodías e imágenes, destacando con esa sencillez y elocuencia armónica a la vez, una letra de proporciones casi incomprensibles para lo humano.
3. Segundo movimiento del concierto para clarinete y orquesta en la mayor de Wolfgang Amadeus Mozart
Una lírica y cristalina melodía del clarinete que flota sobre una nube de vientos y cuerdas lleva a los afortunados que lo escuchen a un verdadero nirvana musical. A pesar de su manoseo en infinidad de referencias en películas y piezas audiovisuales, esta música nos puede dar esperanza en torno a lo mejor que puede tener dentro de sí el ser humano, tan necesario en estas épocas de estúpida inteligencia artificial.
4. Cool Cat de Queen, de las favoritas de Santiago Moure
De la época más dance del grupo inglés, odiada por los puristas del glam rock, Cool Cat tiene todo para hacer pasitos de baile de discoteca, alzar el dedo índice y gritar “¡Uhh!”, como lo hace Freddie Mercury mientras camina como un gato sobre la guitarra virtuosa, seca y rítmica de Brian May, el bajo profundo de John Deacon y el ritmo precursor de la misión urbana de Roger Taylor. Solo para gatos y gatas danzarinas.
5. La diosa coronada de la versión de Teto Ocampo y Carlos Vives
Este patriarcal vallenato de Leandro Díaz logra una sorprendente feminidad gracias a esa virtuosa superposición de guitarras eléctricas psicodélicas que siempre caracterizaron el estilo del virtuoso Teto y que convierte este vallenato típico en una melaza pegajosa que envicia y que hace que tengamos que oírlo una y otra vez. Es una golosina de psicodelia musical, voz y música que encajan perfectamente.