Miami se ha convertido en un destino cultural obligado. El majestuoso skyline de la ciudad se va perfilando con instituciones culturales cuya arquitectura es digna de una ciudad del siglo XXI. Testigo de ello son el Adrienne Arsht Center for the Performing Arts o The New World Symphony Center, entre otros. Sumado a ello, el evidente boom del arte latinoamericano y el hecho de que Miami haya sido escogida como segundo hogar por muchos latinoamericanos (artistas e inversionistas), han sido circunstancias fundamentales que han potenciado este cambio.
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A estas condiciones propicias hay que adicionar tres factores decisivos, catalizadores de este florecimiento, destacando entre ellos el asentamiento en Miami Beach de la prestigiosa feria Art Basel; la voluntad y el carácter visionario de inversionistas y la denodada presencia de prominentes coleccionistas que han puesto sus colecciones permanentes a disposición del público.