El arte abstracto, en manos de Luis Roldán, adquiere un carácter que trasciende lo puramente visual. En su exposición Perfiladuras, el artista colombiano presenta una selección de obras que abarcan diversas etapas de su carrera, revelando un hilo conductor oculto bajo la superficie de lo cotidiano: la reflexión sobre la cultura material, la pérdida y el desgaste. Este próximo 24 de octubre, a las 5:00 p.m., Casas Riegner será el escenario de una conversación entre Roldán y la curadora Paula Bossa, una oportunidad para sumergirse en el universo conceptual del artista y comprender las múltiples capas que configuran su obra.

Perfiladuras reúne una variedad de medios y formatos, desde objetos encontrados hasta materiales en desuso, piezas que en un primer vistazo podrían parecer dispares. Sin embargo, a través de un enfoque crítico y poético, Roldán invita a redescubrir el arte abstracto como una forma de resistencia ante las narrativas dominantes. Este lenguaje visual, que él ha reconfigurado a lo largo de su trayectoria, no solo desafía la percepción de lo cotidiano, sino que también articula una postura crítica frente a las formas en que interpretamos el pasado y el presente.
Como señala la crítica Cecilia Fajardo-Hill, la abstracción en la obra de Roldán se convierte en una vía para resistir las políticas represivas de representación, ofreciendo al espectador visualidades alternativas. La historia del arte, la literatura, y la vida urbana han sido fuentes constantes en la práctica del artista, pero es su formación en arquitectura, adquirida en los años 70 en Bogotá, la que le otorga una sensibilidad espacial única. Este sentido del espacio es evidente en cada una de sus piezas, donde la materialidad de los objetos cobra protagonismo, desdibujando los límites entre lo efímero y lo perdurable.

A lo largo de su carrera, Roldán ha nutrido su obra de las tensiones y contradicciones de la vida cotidiana. En los años 80, comenzó a indagar en torno a la abstracción a través de la pintura, pero fue en su exploración del objeto encontrado y el material en desuso que amplió las fronteras de este lenguaje. En Perfiladuras, el desgaste y la erosión no son simples temas, sino procesos vivos que el artista incorpora a su trabajo. Al hacerlo, nos invita a reflexionar sobre la memoria, el paso del tiempo y la huella que dejamos en los objetos y espacios que habitamos.
Este enfoque, casi arqueológico, revela cómo Roldán investiga el pasado desde una perspectiva crítica, despojando a los objetos de su funcionalidad inicial para dotarlos de nuevas significaciones. En cada pieza, la abstracción emerge como un lenguaje flexible, capaz de adaptarse a los contextos cambiantes de la vida contemporánea y de mantener un diálogo constante con las estructuras del poder y la representación.

La conversación entre Luis Roldán y Paula Bossa será una oportunidad para explorar no solo las motivaciones detrás de Perfiladuras, sino también el proceso de creación del artista, donde el estudio se convierte en un espacio de reflexión y experimentación. La muestra, apoyada por la Galería Molina, marca un hito en la carrera de Roldán, quien ha sabido reconfigurar el arte abstracto para hacer visible lo invisible, para transformar lo cotidiano en poesía visual.