Los mártires
Juan Esteban Constaín.
Random House, Bogotá, 2017.
168 páginas.
La literatura de Juan Esteban Constaín (Popayán, 1979) se nutre siempre de literatura. De literatura e historia, trátese de Napoleón o de Chesterton y extrañas maniobras en el seno del Vaticano.
Ahora su primer libro, Los mártires (2004), se ha reeditado con un nuevo prólogo y así tenemos el placer intelectual, en breves semblanzas, de compartir vidas de escritores, e incidentes memorables de su trayectoria.
Allí están el exiliado Ovidio, navegantes como Camoens y Conrad, y hondos novelistas como Dickens, muy bien capturados en dos o tres páginas, con segura empatía y detalles significativos.
Algunos vienen desde la penumbra de los años como Ángel Ganivet o de los cinco años que Cervantes pasó preso en Argel. Pero también nos conmueve con los dolores y miserias que sufrió el poeta Luis Vargas Tejada luego de atentar contra Bolívar.
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Hay figuras universales de Sócrates a Ariosto, de Boecio a Chateubriand, que lo llevan a perfilar retratos imaginarios harto reveladores, capaces de aprisionar en metódicas y musicales frases un destino o una tragedia. La definición de un duelo y la vida que se rubrica con una firma en rojo. Pushkin o Rimbaud, sin olvidar a Hölderlin ni a Francisco de Quevedo. La errancia o la locura como grandes potenciadoras de un genio verbal que encontraron en África o Grecia la nueva patria que la música intransferible de su genio les concedió edificar para nuestra admiración y consuelo, y que hoy Constaín nos hace más cercana y vigente. Un auténtico breviario de devoción literaria.