Foto: Villegas Editores y Jonathan Franzen
Cultura

El escritor Jonathan Franzen es fanático de las aves colombianas

Además de ser un reconocido escritor estadounidense que ganó la fama con "Libertad", Jonathan Franzen es un fanático del avistamiento de aves, afición que ha practicado en Colombia y sobre lo que Revista Diners conversó con él en esta entrevista.
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agosto 27, 2012
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Para el escritor norteamericano Jonathan Franzen, merecedor entre otros del National Book Award, hay un trino que vale más que todos los trinos de Twitter. Se trata del gorjeo de la curruca cerúlea, más conocida en nuestras tierras como la reinita cielo azul. Y digo conocida por decir, ya que los colombianos somos tremendamente analfabetos en el tema. Es una reinita de los aires que viene a pasar los inviernos boreales a tierras colombianas. (Vea la videoentrevista en su visita a Colombia por el Hay Festival).

Este pájaro cantor en vías de extinción pretende ser conservado por la Fundación Proaves y la American Bird Conservancy y su delicada estampa es la carátula de Libertad(Lea la reseña del libro) el libro más reciente de Franzen, quien ha venido a Colombia no solo a los festivales literarios, sino por un festival del que la mayoría de los colombianos nos hemos perdido, o que quizás hemos dado siempre por sentado y es la fortuna de contar con más de mil ochocientas especies diferentes de aves y unos lugares paradisiacos y en estado de preservación que pocos países se vanaglorian de tener.

¿Cómo terminó metido en esto de los pájaros?

Como todas las religiones, es algo a lo que se llega por otras personas. Mi cuñada y su esposo me llevaron a caminar por Central Park durante la migración de primavera. Fue como la visión beatífica de Pablo en su camino a Damasco: de repente me percaté de la vida aviar rodeándome. Ahora, mientras más tiempo paso viendo pájaros, más los adoro.

¿Cuál fue el primer pájaro que le llamó la atención?

Un zarapito pico largo en Montana, en el verano de 1992. Era algo sencillamente espectacular ahí parado en un campo. Y recuerdo mucho antes de eso ver un mirlo acuático americano en una quebrada en las Montañas Rocosas. Literalmente caminan sobre el agua. Son increíbles.

Ver pájaros parece ser un oficio tan solitario como el de escribir…

Es muy agradable “pajarear” solo, pero también resulta útil tener varios sets extra de ojos para ubicar a los pájaros, especialmente cuando no eres oriundo del lugar, como cuando fui a la Sierra Nevada de Santa Marta a El Dorado, una de las reservas que posee Proaves en Colombia. Estuve en junio del año pasado, cuando todas las aves migratorias se encuentran criando en el norte, así que pude concentrarme en los pájaros endémicos de la zona, que son más de veinte. El periquito de Santa Marta me pareció muy… carismático. Fue muy difícil verlo, pero muy fácil oírlo. Vi tantos, pero me perdí de tantos que quiero volver.

En comparación con otros lugares en los que ha hecho avistamiento de pájaros, ¿qué tiene de especial Colombia?

En su país hay más de setenta especies endémicas y algo así como mil ochocientas aves diferentes para ver. Hace poco aproveché que iba para la Feria del Libro en Parati, Brasil, y me quedé viendo pájaros una semana en sus bosques tropicales de la costa atlántica. Hay también muchas especies endémicas, pero creo que el estado de conservación en Colombia es mucho mejor que el de diversos sitios en Brasil. Tal vez estos dos son los paraísos para “pajarear”.

¿De qué otra manera asociaría el avistamiento de pájaros con la literatura?

Escribir ficción también requiere mucha paciencia y ambos oficios están enfocados a ponerles atención a esos aspectos del mundo que a nadie parecen interesarle. Así mismo diría que el preocuparme por los pájaros, su hábitat y su conservación, me lleva a pensar en un gran plano, y casi siempre busco un panorama general en mis historias también.

Un panorama general con ojos de águila… ¿Cómo llegó a ser parte de su última novela Libertad la reinita cielo azul?

Aún no sabía el nombre en español, pero su nombre en inglés (cerulean warbler, que traduce gorjeador cerúleo) me parece tan fascinante que no pude escapar a su sonido, como novelista. Y es cierto que mi editor insistió en poner al pájaro en la portada porque se parecía al personaje de Patty piando…, ¡se cometieron errores!

¿Pero canta lindo el pájaro, o se lamenta como Patty?

Canta lindo, aunque mis favoritos en esas lides son el tordo ermitaño, que suena de una manera sobrenatural y casi incorpórea, y el tordo de Swainson que canta una melodía y su contraparte al mismo tiempo porque tiene dos sacos aéreos.

¿Y cuál es el más bonito?

Es difícil batir el mero esplendor de una guacamaya, pero el rascador californiano, el más común en mi casa, encierra para mí el misterio del amor a segunda vista. Parece un pájaro café común y corriente, pero está lleno de detalles cuando lo ves varias veces con binoculares. Me pasa como con las mujeres: una del estilo de Angelina Jolie no me seduce.

¿Existe algún pájaro cuyo comportamiento lo seduzca?

La avutarda común. Hace un cortejo sexual que los ornitólogos llaman el baño de espuma. Se agacha hacia adelante y alborota el plumaje blanco que tiene en la cola.

¿Le gustaría ser ese pájaro en caso de ser un ave?

No, sería el rascador califoniano, que entre otras cualidades es monógamo.

Aparte de volar ¿qué otra cualidad envidia de las aves…, la monogamia? ¡La literatura se iría al cuerno!

Oh, no. La literatura es mi otra religión. Tal vez envidio el hecho de vivir por instinto, sin pensar, sin pasarse la vida preguntándoselo todo.
Si quiere viajar o aprender más sobre aves

-Si antes de animarse a salir a ver con sus propios ojos la diversidad de pájaros que tiene en sus narices necesita más incentivos, estudie el libro Aves de Colombia, recientemente publicado por Villegas Editores, escrito por el famoso ornitólogo Benjamin Freeman y con textos de diferentes expertos, cuenta con fotografías de Murray Cooper y descripciones de cada ave.

-La Fundación Proaves existe desde 1998 y hoy tiene más de veinte reservas naturales a lo largo del país. Además de preservar estas áreas e invertir en investigación, está aliado con Ecotours para ofrecer paquetes turísticos de avistamiento de aves en cinco de sus reservas: El Dorado, en Santa Marta; Las Tángaras, en el Carmen de Atrato, Chocó; El Paujil, en Puerto Boyacá, Santander; Reinita Cielo Azul, en San Vicente de Chucurí, Santander, y Arrierito antioqueño, en Anorí, Antioquia.

 

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