Por favor denos un abrebocas de lo que nos trae el Ballet Nacional del Sodre este 17 y 18 de abril en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.
El Mesías es una obra que estrenamos el año pasado en Uruguay y en Madrid con música de Händel. Lo bueno es que no tiene un argumento que seguir. El artista va expresando lo que siente con la música de este compositor contemporáneo, que además tiene fuerza, vitalidad y espiritualidad.
La coreografía es Mauricio Wanriot, el director del Ballet de San Martín de Buenos Aires, que ha trabajado en Europa y Estados Unidos y es reconocida en países de habla hispana.
La puesta en escena de El Mesías es fuera de lo común por la sencillez de la escenografía y el vestuario, ¿por qué gusta este concepto?
La escenografía y el vestuario son muy puros, muy blancos. Es como si los artistas estuvieran flotando en una nube. Hay 24 bailarines de la compañía en escena que te van transmitiendo momentos e imágenes durante la hora y quince minutos que dura la obra. La gente llega del trabajo tal vez estresada y se va con una paz, una sonrisa, algo espiritual muy lindo.
Lo que prevalece no son solo los movimientos y la música, sino el juego de luces, que es el hilo conductor de la historia. El diseño de luces es lo principal en esta obra, pues da la diferencia en esas imágenes y hace que enseguida te transportes a otra dimensión.
Es lo más puro, lo más real y sincero.
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¿Por qué seleccionaron esta obra para traerla a Colombia?
Es una obra muy fácil de mirar. La coreografía es neoclásica, con movimientos de mucha línea y musicalidad. Hace que visualmente sea agradable. En España tuvo mucho éxito. Y quienes vieron la compañía en Colombia hace dos años van a ver el crecimiento de los bailarines. Es una obra completa, no son pedazos. Es lindo llevar algo que todos estén disfrutando hacer.
¿Cómo es el trabajo de los artistas del Ballet Nacional del Sodre?
La compañía trabaja de las 9 de la mañana a las 4:30 de la tarde. El primer proceso es el aprendizaje de la obra. Después viene el coreógrafo a dar los detalles de cada movimiento, de cada mirada. En el trabajo cotidiano de repetir millones de veces hasta que salga pareja la coreografía, hay que pedirle al artista que explore en cada nota musical lo que va sintiendo y que saque lo más profundo. Al no tener un personaje, en una obra como El Mesías el bailarín tiene libertad de ir buscando cómo transmitir, de ser él mismo en el escenario.
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Vea aquí al gran Julio Bocca bailando en su despedida del ballet, en el Obelisco de Buenos Aires, en noviembre de 2014.
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¿Cuál era su sello cuando bailaba ballet?
Yo empecé a bailar a los 4 años y de ahí no paré hasta los 40. Una de las cosas que sorprendían al público y a los compañeros con los que trabajaba era que cada vez buscaba e improvisaba más. Eso hacía que artísticamente uno estuviera pendiente de descubrir cosas nuevas y que no quedara en lo habitual. En las funciones la gente nunca sabía qué iba a pasar, qué respuesta iba a dar a lo que me preguntaban.
Siempre quería buscar lo que yo sentía. Esa inquietud la sigo usando para dirigir o programar una temporada o buscar un coreógrafo.
Desde el 2010 que asumió la dirección del Ballet ¿cuál ha sido su apuesta artística? ¿Cómo ha logrado atraer a más público?
Siempre quise que la danza llegara a una cancha de fútbol. ¿Por qué no puede llegar el arte a un lugar popular? Había que ir a buscar al público y llevarle el arte.
Cuando me ofrecieron esta dirección, el Ballet Nacional estaba en situación dura. El público era de cinco o seis personas. La prensa no iba a venir a buscar la cultura. Hay un público pero si no le informas las opciones culturales que tiene, nunca se va a enterar.
Había también que generar una consciencia de trabajo. Si te quedas esperando, te pasa la competencia. Por eso se pasó a una jornada de siete horas y media. Un bailarín no se hace con cuatro horas. Debe haber disciplina y constancia si quieres competir y salir al mundo. Fuimos teniendo una programación a futuro, aunque los gobiernos cambiaran.
Entonces pasamos de seis personas en el público a funciones con 20 mil espectadores. Además, la juventud está yendo a ver ballet. Esta es su compañía y el ballet hace parte del común de la vida, como ir a ver una película o un partido de fútbol. Se ha entendido que no es elitista, ni hay que vestirse bien o ser millonario para asistir. Sacar la compañía del mismo lugar y llevarla a la gente está dando sus frutos.
¿Qué implica ser una compañía nacional?
Nuestro sueldo sale de impuestos de la gente. Por eso hay que devolverle lo que nos está dando con calidad y respeto. Claro que no es un regalo, estamos trabajando por eso. Es importante que el país tenga presupuesto para cultura y educación, pues un país se representa también con una buena compañía de ballet, coro u orquesta. Ahora el Ballet Nacional lo está haciendo con Uruguay. La compañía cumple 80 años este año y hay que alimentar esa historia y que siga creciendo.
En sus giras por Latinoamérica ¿cómo ve la salud del ballet en Colombia?
Tiene buenos bailarines que están saliendo, pero lamentablemente aquí no hay una compañía nacional de ballet. Es triste que pase eso con los elementos que se tienen. La parte política tendría que darse cuenta de que hay gente que estudia para hacer algo que le gusta y que no tiene fuentes de trabajo en el país. Y que ese artista podría salir de acá a representar a su país, no a otra compañía.
La próxima semana volveré porque el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo va a hacer audiciones para empezar a crear una compañía. Como embajador iberoamericano de la cultura me interesa que eso se logre. Me encantaría que el Ballet Nacional del Sodre venga cada dos años con un programa nuevo y diferente y que se vuelva una compañía habitual. Yo espero que esta iniciativa del Teatro ayude a tener esta coproduccción de compañías y que la danza se siga haciendo con mucho amor y respeto.
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Sobre la presentación
Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo
Viernes 17 y sábado 18 de abril
8.p.m.
Desde $35.000
Venta de boletería llamando en Bogotá al 4042463, en las taquillas de Cine Colombia, taquillas del teatro, en www.primerafila.com o en www.teatromayor.org