Foto:
Cultura

Jaime Correas y los Falsificadores de Borges

El escritor argentino Jaime Correas presentó en Bogotá su libro “Los falsificadores de Borges”, en el que toca uno de los misterios más polémicos de los últimos años en el mundo literario colombiano.
Por:
febrero 25, 2014
Comparta este artículo

Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres y que no veremos.

Pocos versos han desatado tanta polémica como este, de Jorge Luis Borges, que da nombre a la novela “El olvido que seremos” de Héctor Abad Faciolince. En el libro, el escritor y periodista paisa cuenta cómo, en agosto de 1987, encontró estos versos en el bolsillo de la camisa de su padre muerto. Posteriormente, en 1993, el poeta Harold Alvarado Tenorio publicó este poema como suyo en la revista Número, desatando así uno de los episodios más curiosos del mundo literario colombiano. ¿Quién decía la verdad? El periodista argentino Jaime Correas, quien publicó durante su juventud estudiantil la versión del poema que conoció Abad, llegó a la investigación en 2007 cuando Abad lo contactó desde Berlín. Entonces los dos periodistas se sumergieron en el misterio, y el resultado, por parte de Correas, es la novela “Los falsificadores de Borges”, que acaba de lanzarse en Colombia.

Revista Diners conversó con el escritor.

¿Cuál es el atractivo de Borges para América Latina?
Me alegra que haya un gran interés con Borges, es un escritor muy importante que marcó la literatura del siglo XX, es un escritor que tiene una característica también muy curiosa, que no sólo ha influido en la literatura en español del siglo XX y ha sido venerado por los escritores, de hecho García Márquez cuando le dieron el Nobel tuvo esa famosa frase donde dijo “Cómo puede ser que me den el Nobel a mí si Borges está vivo” sino que ha influido en todas las lenguas, o sea, es un escritor muy universal. Creo que de ahí puede ser, que sus temas son universales, y que las cosas que él escribió interesan no sólo en la lengua castellana. Creo que es un escritor que interesa mucho y que a pesar de que lleva varios años muerto, se le sigue leyendo y sigue teniendo interés, además es un escritor muy estudiado en universidades de todo el mundo.

Por la forma como está escrita, la historia se siente como una especie de persecución policial de este poema.
Una de las cosas que Borges me dijo cuando lo conocí es “el único deber que tiene una novela es entretener al lector”, o sea que si uno logra atrapar al lector con la trama de uno, creo que está todo logrado. El libro es una persecución, una investigación. Toda investigación es una persecución. Yo me he dedicado a la investigación periodística, he hecho alguna investigación histórica, y mis ficciones siempre parten también de alguna investigación. Para mí es central, y el libro, efectivamente, es una búsqueda, una pesquisa. Y creo que cuando uno quiere reconstruir la verdad no se puede escapar ningún detalle. Yo me doy cuenta de qué es cierto y qué no porque repaso cada uno de los detalles.

Una vez que Héctor Abad Faciolince me llamó en 2007 desde Berlín para hablarme de un tema que para mí era de hace veinte años, de un tema que tenía olvidado, tuve que ir a repasar todas mis cajas, mis archivos, mis cajas con papeles, mis carpetas, y fui lentamente encontrando cosas. Es más, aprendí que a menudo cuando estaba buscando algo, no lo veía, y pasaba de largo. Entonces me he dado cuenta de que cuando uno busca algo, no puede quedarse con esa primera impresión. Hay que volver a mirar cada cosa para encontrar los detalles.

¿En qué momento decidió convertir esta historia en una novela y no una crónica o un reportaje de largo aliento?
Casi en el momento en que empezamos a escribir. Con Héctor (Abad Faciolince) empezamos a escribir un texto en conjunto, y alcanzamos a escribir unas sesenta páginas. En esas páginas se vio claramente cómo él se volcaba a la crónica, en el texto que después se convirtió en el libro “Traiciones de la memoria” y cómo yo me volcaba a una narración ficcional, que a su vez es lo que se llama “no ficción”: todo lo que se dice es cierto. Yo creo que ese es un género y una posibilidad muy potente de la literatura y del periodismo, donde creo que en la tradición se unen la mejor literatura y el mejor periodismo y bueno, yo querría tratar de acceder a eso.

O sea que muy al principio empecé con esto. La historia empezó en 2007 y se publicó en 2011, o sea que escribí la novela casi al tiempo que todo iba pasando. Es una experiencia muy particular, que es ir escribiendo algo a medida que va pasando. Hay momentos de la novela donde el narrador va narrando exactamente en el mismo momento en el cual están sucediendo los hechos. Lo cual creo que desde el punto de vista literario es una apuesta muy particular. Hoy se lee como algo que sucedió hace tres o cuatro años. En el momento en que yo lo estaba escribiendo estaba sucediendo. Yo vine en 2009 a Bogotá al Festival Malpensante y traje una primera versión de la novela que leyó Héctor Abad Faciolince y ese primer manuscrito tuvo modificaciones no sólo de correcciones sino de hechos agregados que fueron sucediendo después. Y después de publicada la novela siguieron sucediendo cosas que tienen que ver con el tema.

Con lo cual yo entiendo que es una historia muy viva, y está relacionado con un tema muy profundo de este país que es la violencia política, y a mí me gusta mucho estar en este momento en Colombia cuando están en pleno proceso de paz. Creo que Colombia le está dando un ejemplo al mundo; es un país que lleva más de 50 años en guerra, donde han muerto más de 220 mil personas por razones de esta guerra, una guerra compleja, dura, violentísima, con temas de narcotráfico, de violencia de derechas de izquierdas, etc., que en este momento haya un proceso de desarme, y de pacificación, me parece que es una señal al mundo.

Harold Alvarado Tenorio se siente un poco como un villano a través del libro
Harold Alvarado Tenorio es de alguna manera el que cumple el papel del villano en la trama novelesca porque él es el que insiste con que los poemas no son de Borges. De alguna manera nos da la clave de la narración y de alguna manera toda la novela está escrita para tratar de demostrar que lo que Harold dice no es cierto. Yo no tengo dudas que no es cierto y él sabe que no es cierto. Él es conoce muy bien a Borges, es un buen poeta, ha hecho su doctorado sobre Borges, lo conoce magníficamente bien, sus trabajos sobre Borges son brillantes, y él sabe la verdad de todo esto, pero él juega ese papel.

Sin embargo es muy ambiguo en su villanía. Él es el que me puso en contacto con Héctor Abad. Él es el que le dijo a Héctor Abad “No, el poema está bien, no lo escribí yo sino Jaime Correas, que no quiere hablar del tema”. Cuando Héctor Abad se comunicó conmigo yo le dije “Ese poema no es mío, ese poema es de Borges”, y le puedo reconstruir todo el camino de cómo el poema llegó a nuestras manos y cómo supuestamente ese poema, que fue publicado en México, que fue publicado en Madrid, que fue una tirada pequeña de 500 ejemplares que circuló y que le llegó a poetas como Octavio Paz y José Emilio Pacheco, una serie de personalidades que lo recibieron porque nosotros éramos un grupo de estudiantes muy entusiastas y conseguimos sus direcciones, y así fue como le llegó a Héctor Abad Gómez, quien además lo leyó en radio y existen las grabaciones, muy probablemente sea una vía similar la que le llegó a Harold Alvarado Tenorio.

Pero si no hubiera sido por él, que puso ciertas cuñas, esta historia nunca hubiera sucedido. O sea que el villano, en la literatura, es muchas veces quien pone en marcha ciertos intereses, ciertas historias, y él cumple ese papel.

LO MÁS LEÍDO DE LA SEMANA

Cine y TV

«No nos damos cuenta de las concecesiones que hacemos para no molestar», Renée Zellweger

La actriz norteamericana interpreta a la legendaria Judy Garland y hace, sin duda, uno de los mejores papeles de su
Cine y TV

Vea el tráiler de la película de Black Mirror

La popular serie de Netflix hizo una excepción para la quinta temporada y optó por lanzar un largometraje titulado ‘Bandersnatch’,
Cultura

María Teresa Andruetto nombrada ganadora del premio Hans Christian Andersen

La escritora argentina, que lleva más de 30 años escribiendo literatura infantil y juvenil, recibirá el premio el próximo 25