En Hemlock Grove, un frío pueblo de Pensilvania (Estados Unidos) pasan cosas extrañas. La familia Godfrey, antigua propietaria de la mina que daba sustento a todo el pueblo, se dedica ahora a la experimentación médica en una torre misteriosa.
Los habitantes del pueblo perdieron su trabajo con el cierre de la mina y culpan de su pobreza a los miembros de la familia. La matrona, Olivia, es una mujer misteriosa que esconde un secreto: es vampiro. Y además tiene un extraño acento inglés que mágicamente desaparece en la segunda temporada de la serie.
Con el acento que aparece y desaparece de Olivia, el televidente empieza a preguntarse si Hemlock Grove es una producción seria, o si es una parodia que se toma muy en serio a sí misma. El hijo, Roman Godfrey (Bill Skarsgaard, hijo de Stellan y hermano de Alexander), tiene todos los defectos del adolescente millonario televisivo: es un patán que disfruta acumulando conquistas, trata mal a sus mayores, y un lado amable que solo deja ver a pocas personas.
Y claro, también es vampiro, como su mamá. Pero al mismo tiempo está obsesionado con Peter Rumancek (Landon Liboiron), el chico «pobre» del pueblo, que además de gitano, es un hombre lobo. Y al parecer está enamorado de su prima. Que es hija del amante de su mamá.
¿Ya se perdió? No se preocupe, nos pasa a todos. Hemlock Grove es ese accidente de carro que uno sabe que no debería ver pero no puede dejar de mirar. Y tampoco puede dejar de preguntarse cómo es que personajes como Famke Janssen (X-Men), Dougray Scott (Ever After) y Lily Taylor (Six feet under) hayan accedido a participar en este experimento tan raro. Seguramente ellos también se lo preguntan. Lo más grave es precisamente eso, que uno no puede dejar de verlo.
Vea a continuación el tráiler de la tercera temporada de Hemlock Grove, que está disponible en Netflix.
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