Martes 27 de mayo de 2014
Campamento tres
Por: Marcelo Arbeláez
Expedicionario
Hoy martes 27 de mayo de 2014 ha sido uno de esos días en los que la vida transcurre en los cinco metros que rodean la carpa… ¡No elegimos esto!
Nuestro plan consistía en ascender desde este campamento a 3.700 m.s.n.m, al campamento médico (Medical Camp), a 4.600 m.s.n.m, el drástico cambio de clima nos hizo tomar la determinación de quedarnos aquí todo el día, no sin dejar de recordar la avalancha que hace dos años, justo después de una larga nevada, sepultó a un grupo de japoneses a un centenar de metros de este campamento.
El día de ayer Juan Pablo Ruiz, Nelson Cardona (Piqui), Juan Pablo Montejo y yo estuvimos descansando y organizando el material de montaña mientras Alex y Joaco hacían un porteo hasta el Windy Corner, ubicado a una hora de camino del Medical Camp.
Esta mañana a las 5:30 a.m., cuando me levanté para comunicarme con el grupo del PLA, encontré gran cantidad de nieve en polvo acumulada en el vestíbulo de la carpa y una atmósfera exterior completamente blanca. Había una capa de 15 centímetros de nieve sobre el campamento, no en vano, el día de ayer, vimos ascender desde el glaciar de Kahiltn grandes cúmulos de nubes semejantes al tamaño de los buses de Bogotá llamados “Transmilenios”. Durante la comunicación con el PLA tuvimos la sorpresa de escuchar la voz de Carlos Gómez por primera vez desde que nos separamos en el Campo 1.
Supimos que se encuentra bien, cuidándose la bronquitis que lo llevó a tomar la decisión de abandonar la montaña. Charly y José nos transmitieron el pronóstico del clima, lo cual fue de gran utilidad para tomar la decisión de suspender por un día más nuestro ascenso; de esta manera, nuestra experiencia de montaña el día de hoy se ha reducido a mantenernos en la carpa, con esporádicas salidas a la carpa vecina o al agujero que funciona como baño, más o menos 20 metros de distancia, para llegar hasta allá se necesita valor: ponerse todo el atuendo, abrirse paso entre la nieve y dejar la comodidad de la carpa. Con gran gusto hemos estado tomando el café de Machetá, preparado por Alex y Joaco en el vestíbulo de su carpa.
Más tarde tomamos avena y un muffin integral que, en palabras de Piqui, son como el “desayuno de un presidiario fino».
Ante este comentario de Piqui, me pregunto ¿Qué tan presos somos de nuestras propias elecciones? Yo he elegido venir a ésta montaña, yo elegí sentirme preso en la inactividad de estos pocos metros cuadrados y es por ésta elección que he tenido la suerte, en las últimas horas, de conocer más sobre mí y sobre mis compañeros de cordada y de valorar todo lo que la vida me ha dado y que en este momento me hace tanta falta.
Nunca dejaremos de aprender…