Foto: Juan Pablo Montejo
Cultura Estilo de vida Viajes

Escalar: llegar al cielo y más

El equipo de aventureros 7 Cumbres Colombia emprendió el difícil viaje hacia la cima del monte más alto de Alaska.
Por:
mayo 19, 2014
Comparta este artículo

Viernes 23 de mayo de 2014

Denali: ¡Estamos de vuelta!

Por: José Francisco Arata   

Expedicionario

 

Ayer y hoy fueron dos jornadas llenas de emociones.

 

El vuelo de Talkeetna al Campo Base (CB) fue algo espectacular: por un lado el clima estuvo perfecto y eso nos permitió hacer tomas fotográficas y de vídeo del Denali desde varias perspectivas; por otro lado pudimos dimensionar la majestuosidad de éstas montañas y sus glaciales que definitivamente constituyen el sueño de cualquier montañista o esquiador.

 

Llegar al CB es toda una experiencia. Aterrizar sobre un glaciar en un avión monomotor con vientos cruzados, es sin duda algo reservado para pilotos veteranos. Yo iba sentado en el asiento del copiloto pendiente de cada maniobra de nuestro piloto Greg; en estos aviones casi todo es manual y por lo tanto la sensibilidad del aviador es fundamental. Al bajarnos del avión, nos volteamos a ver la intimidante y desafiante cumbre del Denali: WE ARE BACK! – ¡ESTAMOS DE VUELTA! Nadie lo dijo, pero en los rostros de mis compañeros era evidente las satisfacción de estar de vuelta, después del intento fallido del 2012.

 

El CB está ubicado en un ramal lateral del glaciar Kahiltna, rodeado en primer plano por el Monte Hunter (4.257 msnm) y el Monte Foraker (5.304 msnm), y en segundo plano por nuestro Denali (6.194 msnm). Este año los Rangers del Parque Nacional Denali otorgaron permisos a 1.057 escaladores y esquiadores.

Hasta la fecha han hecho presencia en la montaña 388, de los cuáles 12 han alcanzado la cumbre del Denali, de 50 montañista que han regresado hasta el momento de la montaña a Talkeetna, aunque la mayoría de los que llegan al Campo Base tienen como meta escalar el Denali, algunos grupos  se dedican a escalar otros picos por rutas menos conocidas.

La noche en el Denali no es noche…  Estamos a 62 grados de latitud norte y en esta época del año no oscurece, el tema entonces es decidir cuál es el mejor horario para ascender, escogiendo preferencialmente aquellas horas cuando la nieve está más dura, dependiendo de cómo se distribuye la sombra en las diferentes laderas de la montaña. Tomando como base esa estrategia, se decide a qué hora ir a dormir, aunque el cuerpo no está acostumbrado a descansar sin una noche “verdadera”…

 

Sin darnos cuenta, entre aplanar las plataformas en la nieve donde armar las carpas, acomodar el equipo personal, excavar el hoyo de 2 metros de profundidad para “enterrar”  en la nieve algunas provisiones para el regreso al CB y preparar la cena, nos dieron las 11 p.m. El sol se escondió detrás del Monte Foraker y el frío se adueñó del glaciar, era hora de retirarnos e ir a nuestros sacos de dormir.

 

Las mañanas en Denali siempre son muy frías.  Esta mañana en particular, 22 de mayo, tuvimos que madrugar porque a las 6 a.m., hora de Alaska teníamos cita con los amigos del (PLA) y con Caracol Radio.  Las comunicaciones desde el Denali se realizan únicamente mediante teléfonos satelitales y la calidad de ellas depende de la ubicación relativa de los satélites, cuya cobertura es menor a medida que nos acercamos a los polos, fue imposible conceder la entrevista a Darío Arismendi ya que la conexión con Caracol Radio fue en todo momento intermitente.

Tuvimos mejor suerte con nuestra primera llamada desde la montaña a nuestros compañeros de expedición en tierra. Siempre es emocionante establecer una comunicación tan remota con nuestros amigos, hoy en particular fue aún más emotiva, ya que tuvimos que informarles la decisión madurada y tomada minutos antes entre todos los miembros de la expedición: yo no seguiría con el ascenso hacia el Medical Camp y regresaría  a Colombia.

Tomar esta decisión no fue nada fácil, ni para mí, ni para el grupo. En lo personal, después de 6 meses de duros y disciplinados entrenamientos es muy difícil renunciar a la meta tan soñada, sobre todo cuando la tienes a la vista y al alcance.  Para el grupo, de la misma forma que veníamos desde hace meses entrenando juntos como equipo,  quedarse sin otro integrante, a pocos días de la renuncia de Sergio, es algo duro de asimilar,  sin embargo, por la gran comunicación que existe entre nosotros, desde el primer momento que surgieron mis problemas de espalda durante los entrenamientos, estuvimos trabajando en un “Plan B”.

Los elementos que contribuyeron en la toma de la decisión final fueron los siguientes: el ascenso del CB al Medical Camp requiere de 4 a 5 días sostenidos con cargas por persona de 45 a 50 kilogramos distribuidos entre morral y trineo.  Los médicos enfáticamente recomendaron no someter mi columna y el disco dañado a ese esfuerzo, ya que se pueden producir lesiones irreversibles, intentar subir con menos peso hubiese significado recargar adicionalmente a mis compañeros, quiénes se  desgastarían  innecesariamente antes del intento a cumbre, en caso de ocurrir un empeoramiento de mis dolores de espalda durante el ascenso (que significara la evacuación inmediata de la montaña) dos de mis compañeros tendrían que sacrificarse para acompañarme en el descenso, para luego volver a subir y alcanzar el resto del grupo: esto obviamente restaría importantes recursos para el objetivo principal de la expedición.

 

La implementación del Plan B contemplaba la asignación de las responsabilidades de las comunicaciones de la expedición en cabeza de Joaquín Uribe, con Carlos Gómez de asistente en caso de que el grupo de asalto a la cumbre se divida en dos y con el apoyo externo de Nelson Cuevas, sin duda alguna las comunicaciones quedaron en buenas manos.

Hoy el equipo tiene previsto ascender al Campo 1. Se trata de un ascenso largo sobre el glaciar Kahiltna con una jornada de 6 a 7 horas.  El clima en el CB amaneció con tendencia a la baja presión y nubosidad baja, por esta razón el responsable de K2 Aviation, la empresa que opera los aviones de transporte y suministro al Campo Base (CB), nos informó que la única opción de regreso a Talkeetna para el día de hoy es con un avión que trae unos montañistas a media mañana y tiene planeado despegar al poco tiempo, antes de la posibilidad de un empeoramiento de las condiciones climáticas por la tarde;  en vista de esas circunstancias, me tocó empacar rápidamente para aprovechar y conversar con cada uno de mis compañeros: expresarles mi apoyo moral,  darles todas las recomendaciones del caso (que ellos conocen mejor que yo) y abrazarlos sin muchas más palabras, porque no me gustan las despedidas.

Nos tomamos una última foto de grupo antes de montarme al avión y antes de cerrar la puerta les grite: ¡VAMOS POR ESA CUMBRE!

LO MÁS LEÍDO DE LA SEMANA

Estilo de vida

El colombiano que puso a los finlandeses a probar ajiaco

Michel Garzón es un chef colombiano radicado en Helsinki, Finlandia. Su pasión es enseñar a los finlandeses a comer latino.
pinturas
Arte y Libros

¿Quiere comprar arte? 10 consejos para el comprador inexperto

Si se quiere montar en la ola del arte, iníciese como toca. Les presentamos una serie de herramientas para decidirse
Cultura

La cándida y erudita Nélida Piñón

Humilde y sabia. Así es Nélida Piñón. Con la humildad de una abuela que ha vivido tanto y la sabiduría