La librería Tornamesa en Bogotá ha iniciado sus ediciones con el libro ‘El jaguar de Orfeo’, poema escénico de Hugo Chaparro Valderrama.
Con logradas ilustraciones de Sandra Restrepo que nos transportan a ese oscuro mundo subterráneo de los muertos, donde Orfeo descendió para rescatar a Eurídice, y en definitiva la perdió por mirarla antes del plazo acordado, la peripecia nos envuelve en versos sensibles y expresivos que rescatan encuentros inolvidables como aquel de Ulises con Orfeo.
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–(Ulises) ¿Y cómo venciste, Orfeo, la furia de las sirenas?
–(Orfeo) Con música aún más suave que la música engañosa cantada por las sirenas para engañar a los hombres (p. 26).
Pero este poema tiene un sesgo novedoso que la ilustradora capta con originalidad y agudeza. Orfeo también puede ser un chamán que con sus máscaras indígenas amplía el espacio temporal y escénico trasladando el mito desde la Grecia de mármol, dioses y olivos al corazón de la selva amazónica, con esos rituales de dientes de jaguar y golpeteo de tambores.
Orfeo conoció la muerte antes de morir y su lira embelesó a las fieras, trasladó las montañas e hizo que los ríos detuvieran su viaje para mirarlo.
Él ya solo era una cabeza que flotaba cantando el milagro inusual de la poesía pues las Ménades o Bacantes, en el desenfrenado rito del vino y la sangre lo habían degollado y descuartizado.
Ya se ha hablado de cómo la tragedia nace de estos intentos por conjurar la violencia y dar un equilibrio civilizatorio al enfrentarse con verdades últimas y cruciales.
Chaparro lo ha logrado y este texto nos obliga a descifrar de nuevo el destino y las altas constelaciones en su belleza formal e intelectual.