Con una mezcla única de pop, reggaetón, y afrobeats, la cantante y compositora Drea Dury se ha ido consolidando como una de las voces más interesantes de la escena musical. Originaria de Cali, Colombia, Drea encontró el amor por la música desde pequeña, en gran parte por la influencia de su padre, un director de orquesta. “Cuando uno es niño, no entiende tanto, pero mi papá me llevaba a sus ensayos, y ver el teatro y la música desde tan cerca te cambia la percepción”, recuerda Drea. Esos primeros años moldearon su sensibilidad artística y plantaron la semilla de lo que sería su carrera.
En 2014, Drea se trasladó a Bruselas, Bélgica, para estudiar artes visuales en la reconocida escuela La Cambre. Esta experiencia no solo fortaleció su conexión con las artes, sino que le dio una visión creativa más amplia, en la que los sonidos y las imágenes se mezclan naturalmente. “Siempre he tenido un acercamiento visual al arte, desde niña me gustaba ir a los museos, y cuando hago música, pienso en imágenes. Eso me ayuda a definir la estética de cada proyecto, desde las fotos hasta los videos”, explica.
Su paso por La Voz en Francia en 2018 fue un punto de inflexión. Durante el programa, descubrió el poder de su voz y se encontró con un equipo que la motivó a seguir creciendo en la música. “Fue una experiencia muy bonita porque me dio la confianza para ir más allá y solidificar mis bases. Ahí entendí que quería dedicarme de lleno a esto”, cuenta. La experiencia también le abrió puertas a nuevas colaboraciones y la llevó a firmar un contrato de publicación, lo que le permitió escribir música para otros artistas.
En cuanto a su estilo musical, Drea tiene una visión clara: su música es el reflejo de su personalidad, un viaje entre su cultura colombiana y su vida en Europa. «Mis canciones son como yo, tienen un poquito de todo: un toque de reggaetón, algo de pop, afrobeats… y la mezcla de los tres idiomas en los que vivo cada día: español, inglés y francés», dice. Para ella, esa mezcla representa su propia experiencia como artista migrante y multicultural.
Ahora, Drea está lista para lanzar su segundo álbum, Palmera Nights, un proyecto que define como su “viaje personal de la oscuridad hacia la luz”. El álbum, que explora desde el reggaetón hasta los afrobeats, cuenta con colaboraciones de productores de alto calibre como Blow (quien ha trabajado con Feid) y Ponko (colaborador de Damso). “Con este álbum quise explorar la idea de lo que nos une con el mundo animal, como ese instinto más puro que a veces olvidamos en la sociedad”, comparte. A lo largo de Palmera Nights, Drea expresa tanto sus experiencias personales como su visión del mundo, con temas que hablan de relaciones tóxicas, la soledad y la resiliencia.
Recientemente reconocida por Billboard Latin como un “talento a seguir”, Drea está viendo cómo su trabajo comienza a resonar a nivel global. “Es un honor ver mi nombre en Billboard, algo que siempre veía desde chiquita. Es motivador y te hace querer dar más de ti”, confiesa.
Este noviembre, Drea llevará Palmera Nights de vuelta a sus raíces con una residencia en Cali, donde planea un evento especial que celebre la música y el baile, un espacio para los jóvenes bailarines de su ciudad natal. “Vamos a hacer una convocatoria en Cali y trabajar con personas del mundo del Ballroom, para que ellos le pongan toda esa ‘salsita’ a la música. Va a ser increíble compartir con ellos, porque la música también es para que ellos la hagan suya”, asegura emocionada para la revista Diners.
Con un enfoque honesto y auténtico, Drea Dury continúa abriéndose camino en la industria, convencida de que su identidad como mujer y como artista es su mejor recurso. “Si algo puedo transmitir a otras mujeres es que nos concentremos en nosotras mismas, en poner límites, en valorarnos. Entre nosotras podemos ser más fuertes”, dice. Así, Drea se perfila no solo como una promesa musical, sino como una voz que inspira a nuevas generaciones a ser fieles a su esencia.