LE COMTE ORY
GIOACHINO ROSSINI
NAXOS
“Cada salida al escenario es una carrera que tengo que ganar, o por lo menos tratar de hacerlo”, dice la soprano húngara Erika Miklósa. Ella sabe de qué habla. A los 16 años era una atleta de alto rendimiento.
Pasaba las tardes entrenando, hasta que una lesión en las rodillas la obligó a cambiar de carrera y comenzó a cantar ópera. Cinco años más tarde estaba lista para convertirse en “La Reina de la Noche”, uno de los personajes más exigentes del repertorio clásico por la dificultad de los agudos en sus melodías.
Ahora Erika es Adele de Formoutoers, la condesa melancólica de un pueblo que se quedó sin hombres por culpa de la guerra de las Cruzadas, en El conde Ory, una ópera cómica del italiano Gioachino Rossini compuesta en 1817.
El montaje fue grabado por el sello Naxos con la orquesta de Mämlo, en Suecia, y Tobias Ringborg como director. Es un disco que mezcla la receta tradicional de la ópera clásica –engaño, amor, humor y un equilibrio absoluto de sus formas musicales–, con esa voz contundente y virtuosa que consagró a Miklósa como una de las sopranos dramáticas del momento.