Robert McCall está de regreso de la mano del director de la primera entrega de este thriller, Antoine Fuqua (Training day). El héroe solitario y ex agente estatal, interpretado por un decantado Denzel Washington, vive ahora en un apartamento en Boston y anda por las calles como un ciudadano más manejando un taxi; pero esta es solo una fachada que le permite seguir impartiendo justicia por su cuenta y por las causas que considera valiosas.
En esta era de superhéroes con toda clase de poderes resulta impactante ver a McCall enfrentarse a los maleantes a punta de puños, balas y cuchilladas (lo que abunda mucho en esta secuela) muy a la vieja usanza de las películas del maestro de acción John Woo y su héroe Chow Yun-Fat. Traición y desolación tienen su contrapeso en esta película en la que la interpretación humana de Washington es lo que la rescata de lo de predecible del género.