Es innegable que el cine de superhéroes, especialmente el producido por Marvel, ha entrado en un periodo de desgaste, hasta el punto de que el estudio ha tenido que recalcular sus pasos. Sin embargo, hay esperanzas, que curiosamente se dan por movidas financieras: al comprar Fox en 2019, Disney (dueño de Marvel) adquirió también los derechos cinematográficos de un catálogo de personajes que incluía a Deadpool.
Y es en ese ser irreverente, que no conoce límites y al que le da vida el actor canadiense Ryan Reynolds, donde están puestas las esperanzas de una nueva ola para este género. En su tercera película, Deadpool tendrá como aliado a otro personaje icónico, Wolverine, tan incombustible como el actor que le da vida: Hugh Jackman.
Wolverine fue, de hecho, un chiste recurrente en las primeras dos partes de Deadpool, pues su protagonista no perdía oportunidad para expresar su admiración por ese héroe emblemático de los X-Men. Jackman aceptó ponerse de nuevo las garras de Wolverine, que había muerto en pantalla en la sangrienta Logan, de James Mangold. Ya de entrada, en esta nueva película se propone un choque de personalidades, puesto que ese humor autorreferencial, esos diálogos incesantes y las constantes referencias a la cultura popular de Deadpool se contraponen a la actitud agria e incomprensiva de Wolverine.
La historia promete también jugar con el concepto de multiverso, al que el universo cinematográfico de Marvel le ha sacado tanto jugo y tantos dólares. Su protagonista decorará ese escenario con su exacerbada violencia.

Un hombre versátil
Ryan Reynolds es sinónimo de calidez e ingenio. Desde su papel en Van Wilder: Party Liaison hasta su icónica interpretación del antihéroe de Marvel, Deadpool, el canadiense se ha consolidado como uno de los principales actores de Hollywood.
En 2012 se casó con la actriz Blake Lively (Gossip Girl) y juntos se han convertido en una de las parejas más queridas del entretenimiento. Se conocieron en 2010, mientras filmaban la película Linterna Verde, y tienen cuatro hijos: James, Inez, Betty y un bebé nacido en febrero de 2023. Reynolds y Lively a menudo publican en redes sociales momentos conmovedores de su vida familiar.
El actor tiene, además, varios emprendimientos empresariales: compró una participación en Aviation American Gin, una marca de ginebra estadounidense, así como en Mint Mobile, un operador móvil, y aparte de eso cofundó Maximum Effort, una compañía de producción y agencia de marketing, conocida por sus estrategias innovadoras. Por cierto, esta empresa se encarga de hacer las campañas de las películas de Deadpool.
Como si fuera poco, Reynolds se unió a los accionistas que tienen los derechos del Necaxa, equipo que milita en la liga mexicana de fútbol. Esto lo hizo al lado de su socio Rob McElhenney, con quien también tiene el Wrexham United, equipo con el que lograron el ascenso a la tercera división del fútbol inglés.
Diners conversó con Ryan Reynolds sobre esta nueva película, que se estrenará en Colombia el próximo 26 de julio.
¿Cómo se originó la idea de hacer una historia entre estos dos personajes?
Honestamente, no veía esta película en el horizonte, ni siquiera cuando estaba filmando Deadpool 2; sin embargo, mi amistad con Hugh Jackman fue un elemento fundamental para darle vida a la idea y, posteriormente, hacerla realidad. Para que Deadpool funcione en ese universo de la manera en la que necesita funcionar, se requiere una personalidad muy grande, ser muy loco y exagerado. Y para hacer eso
—como lo hicimos en Deadpool 2—, tienes que quitarle todo, ponerlo contra la pared y llevarlo a un dolor emocional brutal.
Y es que cuanto más dolor siente Deadpool, más divertido es, ya que él transforma su dolor a través del humor, y con un viejo amigo es aún mejor; además, me encanta la idea de que Deadpool tenga que trabajar en equipo —la infinita posibilidad de bromas que se pueden hacer es sorprendente—. Así que estoy muy emocionado por eso. Adicionalmente, creo que siempre he querido que Hugh Jackman se retire del papel de Wolverine, y la idea de hacer esta película era para que se pudiera jubilar en paz (risas).

Las dos primeras películas resultaron increíblemente exitosas. ¿Cuáles fueron las presiones creativas, ahora que la audiencia tiene apetito por ese humor específico?
La verdad es que no lo pensamos en términos de presiones o esas cosas; nosotros tomamos y migramos los principios básicos de Deadpool 1, todo lo que la gente amaba de esa película, y nos aseguramos de que estuviera a fondo en Deadpool 2. Ahora, en esta nueva cinta, nos enfocamos en contar una historia completamente distinta, que está filtrada a través de la acción y la comedia clasificadas para adultos.
¿Qué pensaba cuando empezó a escribir el guion?
Una de las razones por las que amo a Deadpool es que, por un lado, el público puede ver cuánto quiero a este personaje y cuánto me divierto interpretándolo; pienso que eso se traduce en la pantalla. Y por otro, hay algo auténtico en él. Es algo que he amado desde 2004, pues pasé más de una década tratando de hacerlo, y aquí no fue mi insistencia lo que hizo que se filmara la película; la verdad es que internet explotó, y fueron los fans los que quisieron esta película y la obtuvieron. Así que el hecho de que superara nuestras expectativas más optimistas fue solo la cereza del pastel. Y con Deadpool 2 lo abordamos desde exactamente los mismos ángulos, y resultó todo un éxito; ahora con Wolverine es simplemente una reunión de buenos amigos, que de seguro va a dar mucho que hablar.
Y en ese sentido, ¿qué cree que el público está buscando hoy en día? ¿Cuáles son las formas en que se pueden conectar?
Solo puedo hablar de la audiencia de cómics, que es con la que estoy un poco más familiarizado. Y una cosa que Deadpool hace es que ocupa un espacio en el universo de cómics que difícilmente alguien más pueda ocupar, porque tiene una relación directa con la audiencia y con los fans del género. Sé que la razón por la que se conectan con este personaje es porque sienten que los representa. Cuando Deadpool está allí, va a decir algo que tal vez la audiencia esté pensando, así que nos da una ventaja ligeramente injusta, si se quiere, en algunos aspectos. Y, en particular, nuestro marketing nos ha permitido hacer cosas que de otra manera no se podrían realizar en otras películas. Eso es algo bastante emocionante.
¿Cómo lo ha cambiado Deadpool, no solo como actor sino como persona?
Deadpool me cambió como actor y como cineasta, pues soy coescritor de las películas; mi relación con los guionistas Rhett Reese y Paul Wenick, así como con nuestros directores, David Leitch, Tim Miller y Shawn Levy, ha sido increíble. El proceso de Deadpool 1 me tomó diez años, mientras que el de Deadpool 2 fue de dos años, lo mismo que Deadpool & Wolverine, pero en ese tiempo estamos revisando cada aspecto de la película, hasta el marketing. Estoy involucrado en todos los detalles minuciosos. Así que Deadpool ha sido algo que ha tocado cada parte de mi vida. Estoy agradecido de representar a este personaje porque está muy cerca de mi corazón, y siempre lo estará. Cada día que lo hago, lo disfruto más y más. Es algo que amo.

¿Y qué diferencias hay entre Deadpool y Ryan Reynolds?
Definitivamente, hay una gran diferencia: Deadpool no tiene filtros, mientras que yo tengo un filtro interno, aunque a veces no lo parezca. Pero interpretarlo me ha dado más confianza para tomar riesgos y salir de mi zona de confort. Me ha permitido abrazar mi humor y mi creatividad de una manera que nunca antes había hecho. Así que, en muchos sentidos, ha tenido un impacto muy positivo en mi vida.
Con una carrera como la suya, ¿cómo logra dividirse para dedicarle tiempo a la vida familiar?
No lo sé, no creo que sea hacer malabares o trabajar, es solo saber dónde están tus prioridades, y las mías están con mi familia. Cuando no estoy trabajando, pasamos todo el tiempo juntos, y de hecho, cuando estoy trabajando, también estoy con ellas. Pienso que es un sistema que la mayoría de la gente no tiene la suerte de poder implementar y nosotros sí, y no lo damos por sentado ni por un segundo.
¿Cómo suele entrenar?
Todo es parte de la preparación para las películas. Tengo 47 años, así que caer sobre el cemento ya no es tan divertido como antes; lo hago principalmente para no lastimarme, pues las películas requieren mucho esfuerzo físico, pero ahora hay más dobles y efectos especiales que antes. Entreno muy duro antes de cada película, y luego, cuando termino, me relajo un poco; todavía me cuido, pero no estoy levantando pesas obsesivamente durante dos horas cada mañana. Es un desafío.

¿Y en cuanto a la dieta?
La dieta es probablemente la misma porquería que hace Hugh Jackman (risas). Mucha comida, pollos enteros vivos, tragados sin pensar. Es una dieta aburrida. No como muchos helados con salsa de chocolate, que me fascinan.
¿Qué poder especial le gustaría tener en la vida real?
No me importaría tener poderes de regeneración ni de fuerza, pero en este punto de mi vida, con cuatro niñas pequeñas, quisiera tener el poder de dormirme más rápido. ¡Los niños tienen a veces un alto grado de exigencia para un padre y puede llegar a ser agotador!
Aparte de su núcleo familiar, ¿cómo es su relación con sus hermanos?
Bueno, tengo tres hermanos mayores; ellos son increíbles. Solíamos golpearnos unos a otros, y pese a que la gente siempre dice que golpearse entre hermanos no tiene sentido, en realidad sí lo tiene. Cuando necesitas liberar un montón de testosterona y energía, simplemente lo haces. Mi éxito no ha cambiado mi relación con ellos. De hecho, mis hermanos son, en muchos sentidos, las personas que más me apoyan en la vida, siempre están ahí para mí. Y sí, amo a mis hermanos y aprecio todo lo que han hecho por mí. No soy la persona más seria del mundo, pero cuando se trata de ellos, lo soy.
Si pudiera tener una cosa en el mundo, ¿cuál sería?
Tiempo, definitivamente. Y no solo porque tengo una vida muy ocupada, sino porque quiero tiempo para estar con mi familia y disfrutar de ellos. Si pudiera tener algo, sería un dispositivo de viaje en el tiempo, eso sería asombroso.