La casa y el cerebro, de Edward Bulwer Lytton.
Un gran exponente del género de la casa embrujada. Un caballero aventurero, acompañado por un lacayo inmune al miedo, decide pasar una noche en una casa cuyos inquilinos se han quejado de fenómenos sobrenaturales. Ninguna de las víctimas declara haber experimentado los mismos portentos que otra; el terror de la casa es personalizado. El lector cruza el umbral con el mismo escepticismo envalentonado del protagonista, y poco a poco la descripción de lo que les pasa a él y a su sirviente lo envuelve, lo sugestiona, lo inquieta y, en el momento clave, lo horroriza.