Conocer un lugar en automóvil le permite vivir de cerca los paisajes, la gastronomía y la cultura de los lugares desde un ángulo diferente. En este caso las carreteras de Latinoamérica le ofrecen a los viajeros vivir una aventura en la que las montañas y sus picos nevados en contraste con desiertos áridos se convierte en un paisaje de ensueño. Además, para en medio de la nada y encontrar platos típicos de la región no tiene precio, eso solamente pasa en este continente.
En Diners le mostramos las carreteras de Latinoamérica, que le aseguran una experiencia de ensueño:
1. Carretera Austral, Chile
Esta carretera de más de 1000 kilómetros recorre algunos de los paisajes más bonitos de la Patagonia chilena. Esta ruta une la ciudad de Puerto Montt con Villa O’Higgins y, sobre ella, se pueden ver algunos lugares como el río Futaleufú o el Lago General Carrera. Además, a lo largo de la carretera se pueden practicar deportes extremos y conocer la cultura de las poblaciones que atraviesa.
Chile estableció recientemente la Ruta de los Parques, un camino escénico de 1.700 millas que conecta 17 reservas naturales donde se puede ver toda la imponencia de sus paisajes, desde arroyos de montaña y bosques hasta un parque nacional y glaciares. En el área los viajeros también encontrarán una variedad de hoteles con lujosas cabañas, entre otras propuestas.
2. Ruta 40, de las carreteras de Latinoamérica más hermosas del mundo
Así como en Estados Unidos la Ruta 66 es un punto clave, la Ruta 40 de Argentina es un camino que se tiene que conocer. Esta carretera atraviesa Argentina de norte a sur, comenzando en Cabo Vírgenes, la puerta de entrada al Estrecho de Magallanes. Aquí se pueden ver glaciares, montañas elevadas, formaciones rocosas únicas en el desierto y restos de dinosaurios.
La ruta comienza en El Calafate, donde se puede alquilar fácilmente un carro. El Calafate es el punto de partida de muchos recorridos, y el pueblo es un centro vital para las empresas turísticas. Es indispensable hacer una parada en El Chalatén. Aunque ambos son pueblos pequeños, ofrecen hoteles cómodos, bares y buenos restaurantes.
3. Liberia a Playa Sámara, Costa Rica
El viaje lo lleva de Liberia a Playa Sámara, una de las zonas costeras más visitadas de Guanacaste, en la Península de Nicoya. Este trayecto toma aproximadamente dos horas, pero en el camino puede parar en Tamarindo, el pueblo de surf y una de las zonas más populares para practicar este deporte en Costa Rica. Desde allí puede viajar hacia el centro del país y conocer la capital, San José.
En una semana puede recorrer de punta a punta el país. Guanacaste, lo que una vez fue una tranquila ciudad colonial, se transformó en un importante centro turístico y un punto de partida perfecto para conocer las playas más bellas de Costa Rica.
4. De Perú a Bolivia
Cruzar Los Andes puede ser una experiencia fascinante. El viaje comienza en las montañas peruanas y lo lleva hasta el Lago Titicaca. Este viaje por carretera lo llevará a una de las ciudades más altas del mundo: Huancavelica.
Desde allí puede tomar el camino a lo largo de Los Andes peruanos y disfrutar de una vista panorámica de los tesoros naturales de Sudamérica. El lago Titicaca, que sirve de frontera entre Bolivia y Perú, es conocido por su antigua cultura, sus islas flotantes y su gran altitud.
5. Ruta del Pantanal, Brasil
La zona del Matto Grosso, en el suroeste de Brasil, es una de las zonas más biodiversas del mundo. Desde el pueblo de Poconé, se puede tomar la ruta Transpantaneira, una carretera de 145 kilómetros por la que se pueden admirar el paisaje pantanoso y varios tipos de animales en estado natural. Bandadas de araras y garzas, capibaras, yacarés, venados, entre otros animales pueden ser vistos en este lugar.
El Pantanal fue declarado por la Unesco como Patrimonio Mundial Natural, por eso es obligatorio tener reserva para poder realizar esta travesía o separar un cupo en los albergues instalados a lo largo de la Transpantaneira.